Contador de Libros 2022

1.– Tokio Año Cero de David Peace

En el Japón ocupado e inmediatamente posterior a la rendición (1946) (por cierto, si el tema te interesa aquí tienes un podcast que hice con Histocast), un inspector de policía intenta resolver una serie de asesinatos en un mundo demasiado acostumbrado a la muerte y en el que un cadáver de más o de menos genera indiferencia. Como transfondo, un país derrotado y arrasado, un nuevo mundo de mentiras donde nadie es quien dice ser y todos intentan huir del pasado inmediato y los traumas y atrocidades cometidas durante la guerra. Un libro potente, duro, inusual en su lenguaje y estilo, quizás no para todos los públicos pero impactante si conectas con la trama y el juego que propone el autor.

2.- El Compromiso de Serguei Dovlatov

Segundo libro de Dovlatov y segundo acierto. El autor utiliza 12 momentos (compromisos) para revisitar sus años viviendo en la Estonia soviética, cuando trabajaba para el periódico del partido. Cada uno de los relatos es un mosaico de aquella época: personajes a cual más pintoresco, situaciones rocambolescas inducidas por el sistema sovietico, conseguir vodka en plan Carpanta como objetivo principal en la vida… Aunque tiene momentos hilarantes, es algo más serio y profundo que «La Maleta» ,pero mantiene la misma línea de cinismo y humor ácido con transfondo humano. Muy recomendable y volveré al autor en un futuro cercano.

3.- Tai Pan de James Clavell

James Clavell es el autor de uno de mis libros favoritos de siempre, «Shogun». Mas de tres décadas después de leerlo, decidí revisitar «Tai Pan», su otro gran bestseller internacional, que en su momento me parecio magnífico pero que siempre puse en un escalón inferior porque claro, no era «Shogun».

Bueno, pues ni falta que le hace. En esta novela sobre la fundación de Hong Kong, Clavell vuelve a apabullar con una mezcla perfecta de acción trepidante, intrigas personales y políticas, unos personajes con enorme carisma a los que retrata con una profundidad y acierto demoledores, y la maestría marca de la casa a la hora de analizar el enfrentamiento/convivencia de dos culturas opuestas. Me ha gustado tanto o más que la primera vez y lo recomiendo muchísimo.

4.- Noble House de James Clavell

Noble House es la continuación del arriba mencionado Tai Pan, con un salto en el tiempo de un siglo que nos lleva al Hong Kong de 1963. Es, de nuevo, un tour de force de mas de 1000 páginas que disecciona a fondo y de forma poliédrica la compleja realidad de la colonia británica de Hong Kong a mediados de los 60, pero sin dejar de ser una novela de aventuras y espionaje. Al igual que en Shogun y Tai-Pan, Clavell hace un tremendo esfuerzo para que veamos las cosas desde todos los puntos de vista: chinos, europeos, estadounidenses, soviéticos, euroasiáticos, ricos, pobres, aventureros, políticos, policias, espias, ladrones… y consigue crear una tensión mágica en todo tipo de situaciones: los mercados y la economía, desastres naturales, amores, celos, envidias, traiciones, espionaje, los sentimientos a flor de piel sobre la no tan lejana Segunda Guerra Mundial…

Un gran libro que se acerca a sus primos de la Saga Asiática del maestro Clavell, pero que no llega a su nivel, quizás por el exceso de páginas, quizás porque se esfuerza demasiado en querer contar demasiadas cosas, lastrando el ritmo en ciertos momentos. Clavell, además, no tiene miedo en poner en boca de sus personajes opiniones controvertidas y siempre interesantes, con mención especial a la aparición de alguien que es, de manera apenas disimulada, su alter ego. Muy recomedable, pero sin llegar al nivel de imprescindibles de Shogun y Tai-Pan.

5.- El fenómeno Warriors de Javier Bogalo

Empecemos diciendo que me ha producido sensaciones encontradas. Las partes que están bien, están muy bien, pero el resultado final viene lastrado por decisiones cuestionables de contenido y espacio decicado a cada cosa.

Mexplico.

El libro tiene 320 páginas y, por alguna razón, gasta las primeras 100 en contar con todo detalle la historia de la llegada de los Warriors a San Francisco y la zona de la Bahía, su primer propietario y sus dos estrellas sesenteras/setenteras (Barry y Thurmond). Es un capítulo aislado y sin conexion clara con el resto, más allá de que trata del mismo equipo. Es una idea razonable si tienes 700 páginas, pero si gastas un tercio del libro en contar algo que no tiene necesariamente que ver con el tema central, es una decisión dudosa. Hubiese sido mejor un capitulo de 30-40 páginas contando por encima la historia de los Warriors hasta la llegada de Lacob o, directamente, empezar en los estertores de la era Cohan.

Una vez que se pone con los Warriors de Curry, el libro da lo mejor de sí: la compra del equipo por Lacob, el repaso a las trayectorias y las elecciones de Steph, Klay y Green, la llegada de Kerr.. todo muy bien contado, con la cantidad justa de información sobre cada jugador, sus backgrounds y anécdotas. De ahí se pasa a analizar en 30 páginas el juego de los Warriors, explicando en detalle las fuentes de las que bebe (el triángulo de los Bulls, los SAS de Pops, los Kings de Adelman…), una idea arriesgada pero de la que sale airoso.

Todo lo anterior implica que el análisis del resto de los jugadores que formaban las plantillas , toda la parte del fichaje de Durant, los 3 títulos y las 5 finales, el record del 73-9, etc, quedan relegadas a apenas 70 páginas que se hacen escasísimas, me imagino que dando por hecho que al ser todo muy reciente los lectores las habrán visto y no hace falta hablar mucho sobre ellas. La rapidez y liviandad con la que trata lo que debería ser la parte principal deja el libro cojo, algo desangelado y condenado a envejecer mal, alejándose de lo que debió ser (siempre en mi opinión) su objetivo principal: la biblia de un equipo único e inolvidable.

6.- Magic Johnson: My Life de Magic Johnson y William Novak

Publicado en 1993, al poco de su retirada forzosa, es un libro biográfico «clásico» que recorre de manera cronológica su carrera baloncestística desde sus primeros pinitos botando el balón hasta el oro de Barcelona 92, aunque esta última parte de pasada.

El libro es entretenido y ofrece lo que se supone: muchos recuerdos y anécdotas, referencias a todos los jugadores clave con los que se cruzó, sus vivencias en el instituto y la universidad, sus exitosos añoos en los Lakers, un repaso a los éxitos y los momentos más duros… Se lee con agrado y algunas cosas aun sorprenden (por ejemplo detalla las bromas pesadas y de dudoso gusto que hacia un ciezo legendario como Kareem), pero en general es blandito y le sobra un poco de buenismo (especialmente al hablar sobre sus rivales). Bueno, eso y que el «Showtime» de Pearlmann hace que cualquier otro libro sobre los Lakers ochenteros parezca mediocre (salvo el de Máximo Tobías).

Lo que más chirría y se lleva una ovación especial es la delirante intervención de su esposa, Cookie Johnson en una parte escrita de su puño y letra y con el curasao en la mano (modo irónico off). En un párrafo que haría que cualquier activista del #MeToo se sacara los ojos, Cookie intenta explicar de manera descacharrante como se pudo pasar en unos días de «Magic se zumba a cualqiuer chuki» a «Magic se casa con su novia de toda la vida». Su argumento principal es que ella sabía que cuando Magic se acostaba con cientos de mujeres al año, en realidad en quien pensaba con amor era en ella. Con las otras solo era vicio y fornicio que no significaba nada. En fin. Bueno, y los desaforados elogios a la mansión Playboy, otra parte que ha envejecido mal con todo lo que sabemos ahora.

7.- The Midnight Library de Matt Haig

Spoiler alert: Una mujer de 30 años a la que la vida no le sonríe, decide suicidarse. En lugar de ir al cielo, al infierno, a Las Vegas o a Punta Umbría, aparece en una biblioteca donde cada libro contiene las infinitas vidas resultantes de las miríadas de diferentes decisiones tomadas durante su vida.
Aunque suene a excusatio non petita, esta ha sido una lectura accidental: el libro andaba tirado en casa de mi novia y, un día que no tenía nada que leer, me dio por (h)ojearlo. Me enganché y lo acabe terminando. A pesar del indisimulado tufillo a libro buenista de autoayuda y del más que previsible final, tiene momentos interesantes, entretiene y se lee de manera facil y agradable, aunque va de más a menos. Ayuda que la longitud es la adecuada (cortito, vamos) y no cae en el error de ponerse demasiado profundo con explicaciones científicas de por qué pasa lo que pasa.

Publicado en agosto de 2020 (perfect timing con la pandemia), ha tenido un enorme éxito comercial y, (soprendentemente para mí) muy buenas críticas en medios variados, así como una serialización en la BBC. Paulo Coelho debe estar verde de envidia.

8.- Cherry de Nico Walker

Empecemos por la intrahistoria del libro: el autor, yonki ex-veterano de la guerra de Iraq que atracaba bancos para pagarse la heroína y otras drogas, lo escribió desde la carcel en una vieja máquina de escribir. El proceso de edición fue un infierno por el limitado contacto que podia tener con el exterior y su proceso de creación lo convirtió instantaneamente en un libro maldito. La novela fue un bombazo editorial en USA a nivel de crítica y público, y Netflix hizo una película sobre ella en 2021. Walker, lo describe como autoficcion: nombres inventados, hechos cambiados en mayor o menor medida pero que, en realidad, fueron así. O casi.

Cherry es varias cosas: una historia de amor, un diario de guerra, una descripción sin tapujos de la vida en las cloacas de la adicción a las drogas, un relato de un inadaptado (hay ecos de «El guardian entre el Centeno» por todas partes)… El protagonista, que nos habla en primer persona y no dice su nombre, usa frases cortas y directas, compuestas al 70% de palabrotas, para expresar sin adornos lo que se le pasa por la cabeza, con temas recurrentes como el desprecio a todo y a todos (especialmente a sí mismo), la indiferencia, la desmitificación de la guerra (y ser reconocido como un heroe), la huida del embellecimiento artificial, el pretender que las cosas ocurren porque ocurren y que uno no puede controlarlas…
Tiene momentos interesantes, incluso algunos brillantes y, en general, es una buena novela, pero a mi personalmente se me ha hecho repetitiva y algo cansina porque en cada uno de los diferentes capiíulos repite una otra vez las mismas situaciones, las mismas frases y los personajes (apenas desarrollados) son casi intercambiables.

9.- The Namesake de Jhumpa Lahiri

La autora, premio Pulitzer en 2000 por «Interpreter of Maladies», cuenta la historia de dos generaciones de una familia que emigra de la India a los Estados Unidos y como transcurre su vida allí: amor, pertenencia, familia, soledad, adaptación, conflicto de estilos de vida, generacionales y culturales, entenderse los unos a los otros… y la importancia de los nombres y la identidad. Un libro estupendo, con una narración calmada y sensible ayudada por una prosa elegante y fluida. Lahiri acierta especialmente a la hora de desarrollar los personajes y decidir que cuenta y que no cuenta de sus vidas. Muy recomendable.

10.- Against the World: A Behind-The-Scenes Look at the Portland Trail Blazers’ Chase for the Nba Championship de Kerry Eggers

Un repaso a la exitosa temporada 91-92 de los Trail Blazers, en la que cayeron ante los Bulls de Jordan en su segunda final en 3 años. En la plantilla había muchos nombres conocidos: Clyde Drexler, Terry Porter, Buck Williams, Jerome Kersey, Danny Ainge o los ya fallecidos Kevin Duckworth y Cliff Robinson, con Rick Adelman al timón.

En su estilo (crónica/diario de una temporada mientras discurre), es justo lo esperable: análisis de los principales partidos (visto ahora parece que se excede en dar estadísticas, pero al ser de 1993 aún quedaba mucho para internet y Basketball Reference), declaraciones de los jugadores, temperatura del vestuario, relaciones entre jugadores y con el entrenador y los dirigentes de la franquicia… Interesante el detalle con el que analiza la salida de Danny Ainge camino a Phoenix al final de temporada.

Eggers trata a los jugadores con respeto y deferencia, pero sin cortarse en dalres caña cuando cree que lo merecen (Clyde intentando emular a Jordan en las finales es una de las claves de la derrota, Robinson es egoista, Duckworth un llorica…) y hay que valorar que esté escrito desde la inmediatez y no con el ventajismo del paso del tiempo. Si te interesa el equipo o la época es ideal para conocer las interioridades del vestuario, aunque no descubra la pólvora.

11.- Jesús Rollán Eterno: Vida y muerte de una leyenda de Francisco Ávila y Alberto Martínez

El portero Jesús Rollán (el apellido de mi abuela, siempre me pregunté si estábamos emparentados) fue uno de los mejores jugadores de waterpolo del mundo en su época y, en opinión de los que conocían de cerca a aquella exitosa selección, el alma y el ancla de un equipo que consiguió oros y platas en olimpiadas y mundiales. Una vez se retiró, fue incapaz de adaptarse a la vida post deporte de élite y se suicidó en 2006 a los 37 años de edad.

Rollán tenia una personalidad arrolladora y un carisma que dejaba una huella profunda en todo el que le conocía. Esa misma personalidad le llevaba a excesos y sus adicciones (especialmente a la cocaína) acabaron pasandole factura. Los autores se centran más en el Jesus Rollán persona y encuentran la distancia adecuada entre la admiración y el cariño, pero sin dejarse cegar, y recorriendo tanto sus éxitos como sus demonios en un libro que, creo, le hace justicia.

Quizás lo que más me ha llamado la atención es el demadre que parecía ser la Residencia Blume, y lo poco que se preocupaban en formar a los deportistas como personas. Fallaban la hora de darles una formacion humana y educativa a la vez que deportiva a chicos en edades muy vulnerables, apenas preparándolos para «el día después» y sin, al parecer, importarles que llevaran una vida desordenada y con puntos oscuros con tal de que rindiesen en sus respectivos deportes.

La única pega que le puedo poner es que se hace corto: muy recomendable tanto si te interesa el waterpolo como si no.

12.- Érase una vez el baloncesto: el Campeonato de Europa de 1935, la guerra civil y amistades eternas de Natxo Sempere

Pues con pena en el corazón por lo que aprecio y valoro este tipo de iniciativas, no me queda mas remedio que admitir que es un despropósito total. La idea es buena: novelar la primera medalla conseguida por la ahora todopoderosa seleccion española de baloncesto, una plata en el Eurobasket de Ginebra en el muy lejano 1935. Sin embargo, la ejecución deja mucho que desear: infinidad de fallos ortotipográficos (aunque lo he comprado en Amazon, me he llegado a plantear si el fichero estaba mal formateado, me cuesta creer que la copia en papel pueda estar tan descuidada), un párrafo repetido, multitud de frases con graves fallos semánticos y sintácticos, errores garrafales de documentación en hechos al alcance de un click, diálogos forzados y con anacronismos escalofriantes… Para colmo, de las apenas 88 páginas, la mitad son puro relleno con un repaso insulso y descafeinado del baloncesto español de los 80 en adelante. Un desastre de libro y una oportunidad perdida.

13.- Jail Blazers: How the Portland Trail Blazers Became the Bad Boys of Basketball de Kerry Eggers

Al igual que el anterior libro de los Blazers del mismo autor, sel libro ofrece lo que promete: un repaso pormenorizado a las plantillas, jugadores y temporadas de los la franquicia de Oregón en el período que va desde mediados de los 90 a mediados de los 2000 (más o menos retoma el relato cuando termina la época dorada de Drexler y cía). Abundan las entrevistas y comentarios de jugadores, directivos y staff técnico, tanto del momento como posteriores, dando una buena idea global de lo que fue el fenómeno Jail Blazer. Trata en detalle los problemas fuera de las canchas, casi tanto como lo que ocurre dentro de ella, así como la relación de la plantilla con los entrenadores, directivos y los fans de Portland. No deja ningún aágulo sin tocar, incluido el dilema de talento frente a química, una de las cosas más interesantes y que trata extensamente.

Por otra parte me ha parecido un libro algo plano. Repite hasta el exceso marcadores, anotaciones, técnicas a Sheed y Bonzi y entrevistas con clichés, lo que hace que la narración acabe siendo algo tediosa. Muchas declaraciones son practicamente idénticas. Entiendo que si eso es lo que dijeron no te vas a inventar otra cosa, pero en ese caso sería mejor no ponerlas todas por el simple hecho de rellenar. También queda claro que Eggers, sin ser mal escritor, no es un Halberstam o un Pearlmann que hagan que te enganches y que disfrutes más allá del valor de la información que da. El libro cumple, pero no tiene nada especial que lo haga memorable.

14.- Vivir Abajo de Gustavo Faverón

Siempre he tenido la teoría de que un 25-30% de lo que te gusta un libro o una película es el factor sorpresa, por lo que he seguido a rajatable toda mi vida el intentar no enterarme de nada de la trama y descubrirla mientras lo leo o la veo. Por ello, mi consejo es que, si no sabes de que va Vivir Abajo, no leas ni esta reseña ni ninguna otra y te pongas directamente a leerlo. Dicho esto, también aconsejo empezarla un día que se tenga algo de tiempo y la mente clara, porque no es un libro fácil. Al menos hasta que te acostumbras al tipo de relato y al estilo. Pero, una vez te has metido de un tirón hasta la página 80 ó 100, te atrapa y no hay manera de dejarlo.

Vivir Abajo es un recorrido onírico, o más bien de pesadilla, por la violencia y la sangre derramada en América Latina durante los 60, 70 y 80: desde las dictaduras de la Operación Condor (Stroessner, Pinochet, la Junta militar argentina) hasta Sendero Luminoso. Pero también es mucho más que eso: es un tratado sobre el sentido de la venganza, el poder del mal en la genética y la herencia familiar, las víctimas y los verdugos, las casualidades y el destino…

Faverón demuestra un abrumador dominio del lenguaje y la estructura literaria para solapar cientos de historias y metahistorias que a la vez explotan cada una en mil pedazos, pero sin perderse en el mismo laberinto que él propone. Un mundo dónde no te sorprende que el tiempo pueda ser circular o elástico y que se mezcle una realidad dura y brutal con pasajes mágicos o de duermevela. Hay que dejarse llevar por lo que propone el autor y flotar en el éter sin intentar descifrarlo todo: nada está puesto al azar, todos los caminos se entrecruzan y nos devuelven a la historia principal, de una creatividad asombrosa, detalles memorables y ritmo salvaje. Y sí, a veces tiende al exceso por saturación y se balancea peligrosamente sobre el abismo, pero incluso en esos momentos recupera rapidamente el pulso de manera firme y tanto la novela como el autor salen airosos.

En fin, una maravilla que justifica su fama de uno de los mejores libros en castellano escritos en el nuevo milenio. Sin duda regresaré a ella en un futuro no muy lejano para paladearla.

15.- Showboat: The Life of Kobe Bryant de Roland Lazenby.

La verdad es que la razón por la que me puse con este libro fue por la curiosidad que me despierta la vida de Joe “Jellybean” Bryant y no por su hijo. Como se lee fácil y tiene mucha información interesante no me costó un gran esfuerzo seguir hasta terminarlo a pesar de su ingente longitud.


Lo mejor sin duda es el retrato familiar (carrera del padre incluída) y sus años de formación en Italia y Philly. Los desglosa concienzudamente y te das cuenta de la enorme importancia que tuvieron en su vida, su carácter y su carrera. La parte de su época Laker está contada, quizás, un poco por encima y centrada en su vida personal más que en un análisis baloncestístico per se, pero en mi caso no me importa demasiado ya que viví toda esa época al detalle y, además, hay otras fuentes que la detallan como “Three Ring Circus”. Pero en las partes en las que se centra es complementario (sin quererlo) con aquel: habla mucho de las relaciones «detrás de las cámaras» con West, Buss, Jackson, Winter y el triángulo por ejemplo, casi más que con compañeros y rivales.

Lazenby hace un esfuerzo ímprobo en entrevistar a muchísima gente, pero llama la atención (aunque no sorprenda) que no hay declaraciones directas de Bryant ni de su familia o su mujer. Por otra parte, se agradece que haya rebuscado hasta encontrar (la poca) gente que no pensaba que era un gilipollas absoluto (antes de su temprana muerte, que después todos hablan maravillas y cambian el discurso). Además, les da mucha cancha para equilibrar un poco el aluvión de críticas y la mala imagen general del personaje. Es significativo que los pocos que tienen algo bueno que decir de Bryant, aparte del manido hasta la grima “su ética de trabajo era insuperable y su fe en sí mismo descomunal”, son gente cuya relación con él era, hasta cierto punto, tangencial (Tex Winter, Garciduenas) y no tenían que sufrirle en una relación causa-efecto directa, como sus entrenadores, compañeros de equipo o rivales. No hay nada en el libro de Lazenby que me haya hecho pensar que no sale retratado igual que en “Three Ring Circus”, como un psicópata insufrible que tiene la suerte de que en el mundo del deporte profesional esas cosas se perdonen bajo el eufemismo “carácter ganador”. Bryant lo consiguió arreglar de cara al gran público sublimándolo con lo de la mentalidad Mamba y luego muriendo joven y convirtiéndose en mártir.

En cuanto a Lazenby, escribe bien y se lee fluidamente , es ecuánime y se esfuerza por documentarse a fondo a pesar de pecar a veces de demasiado repetitivo, pero le falta ese “algo” que hace que pienses en él como un escritor de calidad, tipo el humor de Jeff Pearlmann o la clase de Halberstam.

16.- Un vuelo magico de Giovanna Giordano

Utilizando de fondo la conquista de Etiopía/Abisinia por los italianos en 1935, la autora cuenta la historia fabulada de un aviador italiano (alter ego del abuelo de la escritora) que viaja por toda la zona como cartero y mensajero al servicio del ejército y se enamora perdidamente de la magia de Africa y sus gentes. La autora recurre al realismo mágico, quedándose más proximo a lo segundo que a lo primero, mezclando a Saint Exupery con Italo Calvino en sus descripciones de Etiopía y de los personajes que se va encontrando, a cual mas exótico.

El libro es de 1998 pero ha sido traducido al castellano este mismo año. Muy bien escrito y con partes evocadoras, pero a mi me ha dejado un poco frío, sobre todo porque esperaba otro tipo de novela en la que la parte histórica tuviese mucho más peso. Recomendable si tu gusta el estilo descrito arriba, conviene recordar que ha recibido criticas superlativas y todo tipo de premios literarios.

17.- M, el hombre de la providencia de Antonio Scurati

Segunda parte de la monumental tetralogía sobre Mussolini que empezó con «M, el hombre del siglo», comentado en el Contador de 2021. Esta segunda parte cubre los hechos ocurridos de 1925 a 1932, centrándose en 2 historias:

– La consolidación del estado fascista y su transformación en una dictadura, incluidas las luchas intestinas y el progresivo aislamiento del Duce en su trono de marfil.

– La «pacificación» de las colonias en Libia, tambien conocida como «Genocidio a la Italiana»

En general, aunque mantiene un nivel muy alto, esta un escalón por debajo su antecesor, tanto por el interés que despierta el contenido como por la tensión y cohesión narrativa. En mi caso, la parte de las colonias en Libia era algo que desconocia en profundidad y me interesa muchísimo, y es lo que ha hecho que me haya seguido enganchando a tope. Si lo juntamos con el primero y con lo que queda (el tercero fue publicado en italiano en septiembre, al cuarto no le debe quedar mucho), es un tour de force alucinante e imprescindible para entender la primera mitad del siglo XX.

18.- Irène de Pierre Lemaitre

Llegué a Lemaitre por recomendacion del Foro ACB y quise empezar por su cuarteto de novelas policiacas con el inspector, quiero decir, comandante Camille Verhoeven como protagonista. Y vaya inicio: un autentico directo a la mandíbula. No voy a presumir de ser un gran conocedor del género, pero de entre lo que he leido, «Irene» estaría a la cabeza del pelotón, tanto por la historia en sí, como por la galería de personajes y buen nivel de la escritura. Engancha y mantiene el pulso acelerado desde la primera página hasta la última, muy recomendable.

19.- Alex de Pierre Lemaitre

Tras fundirme el primer libro de Lemaitre en pocos días y con la jeringuilla aun colgando del brazo, decidí seguir con la inercia y ponerme acto seguido con el segundo de la serie del comandante Verhoeven. Me ha vuelto a parecer estupendo, totalmente adictivo y por encima de la media de mis lecturas policiacas. El autor juega de forma muy inteligente con los personajes y la información que da al lector sobre ellos, teniendo el efecto de parecer varios libros en uno y manteniendo el interés hasta la ultima página. En el debe quizás que algunas cosas se hacen repetitivas si se ha leido el primero, porque Lemaitre incluye mucha información redundante para que también funcione como libro en solitario. Y bueno, que Lemaitre es un poco excesivo con el gore, pero ahí reside parte del encanto. Acabaré la serie de Verhoeven seguro, aunque creo que el resto me la voy a dosificar.

20.- Can I Keep My Jersey?: 11 Teams, 5 Countries, and 4 Years in My Life As a Basketball Vagabond de Paul Shirley

Decepción considerable y oportunidad perdida por parte de Shirley. La idea es buena: una ventana al baloncesto profesional desde el punto de vista del jornalero que no sabe dónde va a jugar la semana que viene (literal) y al que la pelota gorda le lleva de un sitio a otro a salto de mata. Esa es la parte más interesante: las conversaciones con su agente, los metideros y la trastienda de los traspasos NBA y los fichajes de los equipos europeos, el que Shirley intente que los veamos como si el fuese uno de nosotros, un pie dentro y otro fuera.

El problema principal (e irresoluble) es la actitud del propio Shirley, que queda como un auténtico quejica con aires de superioridad (ellos son todos mucho mejores que yo pero yo soy mucho más listo y mucho más normal). Un Shirley al que todo, TODO, le parece mal y que no disfruta de nada que no sea estar en su casa en Kansas, preferiblemente por Thanksgiving. Te acabas preguntando que para qué demonios se decida al baloncesto profesional si parece que lo odia a muerte. Además, naufraga en la parte de contar cosas interesantes sobre las estrellas NBA, tarea en la que se queda muy corto y disperso, mientras que nos regala decenas de páginas prescindibles sobre todo lo que le duele en cada una de sus lesiones.

Recordaba a Shirley por sus columnas en El País, en las que se mojaba y a veces decía cosas simpáticas y ocurrentes «desde dentro», pero en el libro no hay demasiado de eso y si toneladas de quejas y de envidia muy mal disimulada. Prescindible.

21.- La fábrica de Canallas de Chris Kraus

Las colosales 960 páginas de «La fábrica de canallas» han supuesto la gran sorpresa (positiva) de mi año literario. Una novela adictiva y maravillosa sobre los Solm, una familia de alemanes asentados en Riga desde hace generaciones, y su devenir por el convulso siglo XX en Europa. La historia la narra el camaleónico, inclasificable e inescrutable Koja, cuya capacidad para moverse con soltura pero con sentimientos por las peores cloacas del siglo pasado (las SS, la CIA, la KGB, el MOSSAD…) es a la vez repugnante y conmovedora. Todo ello a través de una narración que muestra un pulso firme y no da respiro, a su vez barnizada con una fina capa de humor negro. Una obra inolvidable que justifica de sobra su estatus de la penúltima gran novela de culto en Alemania.

22.- Gregario de Charly Wegelius

Charly Wegelius, ciclista británico de padre finlandés, fue jornalero de la bicicleta durante más de una década, pasando por equipos punteros (Mapei, Lotto) y otros mucho más humildes. El título lo dice a las claras: un viaje por las tripas del ciclismo, un día a día alejado del glamour y los focos que acompañan a las grandes estrellas y dónde la luz y la popularidad llegan a traves de estrechas ranuras que al poco se cierran. Un buen libro que se ciñe a las vivencias del autor, huye de la carnaza fácil de centrarse en el dopaje, dignifica el oficio y crea empatía con los esforzados de la ruta, pero también muestra el desencanto y las dudas del que se dedica a un deporte profesional con el objetivo de sobrevivir. Aunque me ha gustado y se lee del tirón, quizas esperaba más dada la fama y buenas críticas que tiene en circulos ciclistas. Recomendable si te gusta el ciclismo, pero, por poner un ejemplo, el de Tyler Hamilton le saca una minutada.

23.- Three Weeks, Eight Seconds: The Epic Tour de France of 1989 de Nige Tassell

El de 1989 fue, sin duda, uno de los Tours más espectaculares de todos los celebrados. Tuvo absolutamente de todo: el regreso milagroso de entre los muertos de Lemond, el increíble descalabro inicial de Pedro Delgado, campeón vigente y gran favorito, Fignon de vuelta en la élite tras haber ganado el Giro unas semanas antes, el ciclismo en un momento dorado justo antes de la EPO… Y, por supuesto, el final más dramático imaginable.

Un libro impecable en su estilo, que consigue trasladarnos a la perfección tanto a la carrera en sí como al momento y entorno en el que ocurrió. El autor describe cada una de las etapas con la cantidad justa de detalle, intercalando lo que ocurría en el día con recuerdos de los protagonistas. A la vez aprovecha para dar contexto sobre los corredores, extenso en el caso de los grandes favoritos, y pinceladas más breves pero muy interesantes sobre otros ciclistas importantes en su momento, pero que el tiempo ha difuminado. Muy recomendable e imprescindible si te gusta el ciclismo.

24.- Todos mis hermanos de Manel Estiarte

La exitosa autobiografía del «Maradona de las piscinas» no es el típico relato de enumeración y celebración de sus glorias deportivas. Todo lo contrario. Es un ejercicio de introspección descarnada que alcanza niveles desconcertantes de sinceridad y autocrítica. Es un libro mucho más sobre sentimientos, pensamientos y sensaciones que una narrativa de hechos y gestas. Estiarte se esfuerza en contarte como se siente uno al ganar y perder finales olímpicas, al formar parte de un grupo de deportistas de élite con un algo especial, como es el saberse uno de los mejores, si no el mejor, en el deporte que practicas. Y, tras el conocido y trágico suicidio de su hermana Rosa, como se vive drama de ese tipo y como sobrevivir a los restos del naufragio que algo así deja en el alma para siempre. Todo esto desde un prisma situado en el polo opuesto del libro buenista de autoayuda tan de moda desde hace tiempo. Estiarte se mira en el espejo y no se guarda nada, mientras que lo normal en este tipo de libros es mirarse en uno de esos espejos de feria que deforman la realidad hacia el autocomplaciente gusto del que la escribe. Lo único que le sobra, en mi opinión, es el último capítulo en el que analiza por encima a los jugadores del Barcelona de fútbol porque forma parte del cuerpo técnico de su gran amigo Pep Guardiola. No pega nada con el resto del contenido y lo hace envejecer sin necesidad. En general, una lectura muy interesante y del todo recomendable, perfecto complemento para la biografía de Jesus Rollán comentada arriba.

25.- Tuff Juice: My Journey from the Streets to the NBA de Caron Butler

Caron Butler tuvo una carrera razonablemente exitosa en la NBA: 14 temporadas en activo, 2 veces All Star, campeón nominal en 2011 (aunque ausente por lesión la mayor parte de la temporada) y, sobre todo, muy respetado por rivales, entrenadores y compañeros. Pero la razón por la que decidió escribir un libro no fue meramente por sus éxitos deportivos, sino porque su vida representa el epítome de la historia «del ghetto a la NBA» llevada al extremo.

Butler cuenta con todo tipo de detalle y total sinceridad como a los 11 años ya era un experimentado traficante de drogas, su participación en continuas balaseras y huidas de la poli, su ingreso en prisión y como, tras salvarse milagrosamente de pasar una década en el trullo al poco de estar de vuelta en la calle, consiguió dejar todo eso atrás y concentrarse en el baloncesto, manteniendo desde entonces la cabeza fría y apreciando todo lo que le ofrecería la vida en su justa medida.

La verdad es que me costó un poco entrar en el libro, ya que no me siento atraído en lo más mínimo por la supuesta mística del ghetto y el ganstarap (Allen Iverson siempre me pareció un cretino y, además, sobrevalorado) y encuentro muy cansino el manido cliché que lo acompaña . Sin embargo, la forma directa y sin justificaciones de contarlo de Butler hizo que siguiese adelante con la lectura. Curiosamente, hasta más de la mitad del libro apenas habla nada de baloncesto, y, cuando por fin lo hace, no está mal pero pierde algo de fuerza porque no cuenta nada realmente especial ni que no sepamos. Quizás lo mejor es cuando narra como testigo directo la famosa historia del altercado con pistolas en el vestuario entre Javaris «estoy pudriéndome en la trena» Critterton y Gilbert «Agent Zero CI» Arenas. En general un buen libro, casi más sobre la vida en los márgenes que sobre el baloncesto.

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4 comentarios en “Contador de Libros 2022

  1. Hola, Feliz año, que sea bueno,
    Me apunto La fábrica de Canallas de Chris Kraus -me lo acabo de regalar, que para eso es Reyes 🙂
    El año pasado leí No digas nada, por tu contador de libros del 2021, y me gustó mucho, lo humano de la historia. Me atrae conocer y saber de todos esos “conflictos” tan recientes y que parecen lejanos.
    Gracias por las lecturas!

    • Feliz año Marga y gracias por pasarte por aqui una vez más 🙂

      Me alegro que te gustase «No digas nada» y espero que «La fabrica de canallas» tambien lo disfrutes. Que otros libros de los que leiste en 2022 te han gustado especialmente?

      Mucha suerte (dentro y fuera de los libros) para 2023

  2. Recuerdo especialmente “Las gratitudes” de Delphine de Vigan, particularmente bonito. Tiene años, pero volví a leer “Una lectora nada común” de Alan Bennet (recomendables cualquiera de los suyos) porque los acontecimientos me lo trajeron al recuerdo. “Todo cuanto amé” de Siri Hustvedt. Y mucha novela negra…

  3. No me olvido de “Volver la vista atrás” de Juan Gabriel Vásquez, “Otra vida por vivir” de Theodor Kallifatides, “La bajamar” de Aroa Moreno, “Mamut” de Eva Baltasar, “El siglo soviético” de Karl Schlögel…

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