Siempre me ha atraído pasar a alguna isla cuando viajo. Es como un viaje dentro del viaje y aumenta esa estupenda sensación de estar en un lugar remoto y lejos de todo. Debe ser porque al final de cada camino siempre hay agua, o quizás porque no puedes volver sin ayuda, aunque apenas haya 15 minutos en barco hasta el continente. En agosto de 2004 estuve 10 días recorriendo Estonia y Letonia en coche con Charlie. Después de Tallinn, el lago Peipsi, Tartu, Sigulda, Riga y la playa de Jūrmala, decidimos pasar un par de días en la isla de Saaremaa.