El de Sofía fue un viaje bastante diferente a lo que estoy acostumbrado. El grupo de amigos españoles-en-Londres-que-jugamos-a-baloncesto-y-somos -foreros-del-ForoACB conseguimos ponernos de acuerdo en fechas y destino (tras diversas y arduas votaciones) y elegimos la capital de Bulgaria para pasar un fin de semana largo (aka finde de amigotes). La verdad es que tuvo bastante mérito ya que éramos un grupo grande (7) y hay dos que ya no viven en Londres, lo que incrementaba la dificultad. El resultado fueron unos días para recordar, mezclando equilibradamente terrazas y restaurantes con visitas culturales y también alguna salida nocturna. Espero que sea el primero de muchos.
Fechas: del 27 al 30 de mayo de 2016.
Cuándo ir: como en el resto de los países de la zona, los inviernos son fríos y los veranos muy calurosos. El mejor momento para ir es la segunda mitad de la primavera (mediados de abril hasta finales de junio) y septiembre. Los días que nosotros estuvimos (finales de mayo) hizo un tiempo estupendo, con mucho sol y calorcito pero sin ser agobiante (entre 25 y 30 grados).
Documentación: Bulgaria es miembro de la Unión Europea desde 2007, con lo que no hace falta visado para entrar y llega con pasaporte o DNI en vigor.
Moneda y pagos: la divisa búlgara es el Lev (plural Levas), que se divide en 100 Stotinka. 1€ son aproximadamente 2 levas (1.96 para ser precisos). Aún no hay fecha prevista para que se adopte el euro. Los restaurantes a los que fuimos aceptaban tarjetas y la compañía de alquiler de coche también. No tuvimos problemas en encontrar cajeros en el centro de Sofía.
Vuelos:
– Londres Heathrow (LHR) – Sofia (SOF) con Bulgaria Air en un Airbus 319. La verdad es que fue una sorpresa positiva. El avión era bastante nuevo, el servicio fue bueno (con bocadillo y bebida) y el vuelo muy tranquilo (2h40min) y sin problemas.
– Sofia (SOF) – Londres Heathrow (LHR) con British Airways en un Airbus 321. Para mi BA son un valor seguro. El avión más nuevo de lo habitual. Buen servicio con snack y bebida y vuelo tranquilo (2h50min). El precio de los vuelos fue de £192 por persona.
Itinerario: Sofía, Monasterio de Rila, Pirámides de Stob.
Traslados ciudad-aeropuerto: la mejor opción es ir en metro, que es rápido y barato (1 lev, 25 minutos), pero cierra a las 23:00.Como nosotros llegamos despues de esa hora, al bajar del avión nos fuimos al mostrador de una compañía que nos habían comentado que era de fiar (OK Taxi). Nos dijeron que el precio hasta el centro iba a ser de unas 15 levas aproximadamente, pero al final (usando taxímetro) fueron 22. Tardamos entre 15 y 20 minutos sin apenas tráfico. Para el vuelo de vuelta fuimos en el coche alquilado.
Alquiler de coche y conducir en Sofía y alrededores: alquilamos el coche con economycarrentals ya que siempre tienen precios muy competitivos y ya los había usado varias veces anteriormente sin problemas (Turquía, Montenegro y Lituania). Esta vez la cosa no empezó demasiado bien: a pesar de que en la reserva especificaba claramente que el lugar de recogida/entrega era la estación de trenes, al llegar allí no había nadie esperando. Tras esperar algo más de media hora llamamos al proveedor, que nos dijo que si tenían una reserva a nuestro nombre pero que había que ir a al aeropuerto a buscar el coche.
En plan camarote de los hermanos Marx nos apretamos los 7 en un taxi que nos cobró 25 levas por llevarnos al aeropuerto. El proveedor era una compañía local llamada TOP Rent-a-Car y las oficinas estaban en una calle cercana al aeropuerto pero fuera del mismo. Habíamos alquilado un Toyota Verso de 7 plazas por 1 día y nos costó 45€. Cuando nos entregaron el coche nos dijeron que el seguro que teníamos no era a todo riesgo sin franquicia (aunque en la web decía que sí) y nos ofrecieron un seguro total por 16€, que aunque nos pareció muy caro, al ser 7 no era demasiado por cabeza y lo cogimos. El coche estaba muy bien: muy poco kilometraje, muy nuevo y limpio. Los asientos para los pasajeros 6 y 7 eran plegables y algo justos, pero suficientes gracias a que David y Jose colaboraron siendo Muggsy y Spudd.
En total hicimos unos 300Km. Conducir por el centro de Sofía y alrededores me pareció sencillo, la autopista y la mayoría de las carreteras por las que pasamos estaban en buen estado y no vimos a muchos conductores haciendo locuras. Después de dar unas cuantas vueltas en Sofía encontramos sitio en la calle donde dejar el coche por la noche pero tuvimos que ir a las 8am cuando empieza la regulación de aparcamiento y meterlo en un parking privado.
Alojamiento: alquilamos este apartamento de 4 dormitorios y 8 camas usando AirBnB por 15 por persona y noche (incluyendo todos los extras como la limpieza). Quedamos contentos: era muy amplio (8 camas, cocina), estaba limpio y la ubicación era perfecta, en la esquina del bulevar Vitosha con el Palacio de Justicia, en pleno centro de la ciudad. La única pega es que solo tenía una ducha que funcionase, aunque además había otro aseo. No hubo problemas durante la entrega y recogida de las llaves, aunque tuvimos que dejar un depósito de 20 levas. Aunque no era demasiado nuevo me parece recomendable, sobre todo para grupos grandes como el nuestro.
Comer
Hadjidraganovite Izbi (Hadjidraganov’s Cellars)
Un sitio de estilo rural y muy conocido que ofrece comida tradicional búlgara. Está en el centro, en una paralela al bulevar Vistosha. Como otras cosas para este viaje me los recomendó Mapani en su estupendo blog y fue todo un acierto. Nos sentamos en el jardín y se estaba de maravilla. Pedimos 2 platazos de carne variada que estaba buenísimas pero que no fuimos capaces de acabar, además de ensaladas (raciones enormes también), bastantes cervezas y rakia (licor local parecido al anís) y postres. En total pagamos 237 levas (£14 por persona) por un fiestón.
Justo al lado del anterior y también recomendado tanto por gente local y viajeros, el estilo es más elegante y de diseño. Aunque cenamos bien, en general no nos acabó de convencer. El servicio fue regular (David pidió un plato de pescado que aún no ha llegado) y el precio un poco más caro que Hadjidraganovite Izbi.
Un restaurante italiano en uno de los extremos del bulevar Vitosha. Las pizzas estaban bastante ricas y el servicio fue bueno. Recomendable para una comida sencilla. Pagamos unos 11€ por persona.
Otros: en el bulevar Vitosha y las calles adyacentes hay muchísimas panaderías donde venden bollería casera típica búlgara con diferentes rellenos (queso fresco, salchichas…) y croissants para desayunar. Como llegamos tarde, la primera noche cenamos en un Burger King y el precio del Menú Whopper fue de 11 levas.
Beber
Una cerveza rubia local de barril (Zagorka, Ariana, Kamenitza…) en una terraza o pub céntrico cuesta entre 3 y 4 levas la jarra de medio litro. Si es de trigo (Stolichno) suele costar un leva más. De las que probé las que más me gustaron fueron Stolichno y Ariana.
El licor típico de Bulgaria (y de los Balcanes en general) es el rakia, un licor afrutado similar al brandy. La gente local se empeña en que lo pruebes y la verdad es que, aunque soy poco de licores, no entraba mal.
La salida nocturna no fue demasiado exitosa y eso siendo generosos. Gente local nos recomendó un club llamado Cocktail Bar en la calle Angel Kanchev, pero tras buscarlo durante un buen rato no fuimos capaces de encontrarlo (maldito cirílico). Nos decidimos por otro sitio que también nos habían recomendado, Raffy, en la parte central del bulevar Vitosha. No nos gustó demasiado. El camarero fue incapaz de servirnos 7 copas de ron con cola a pesar de intentarlo todo salvo una presentación de Power Point. Lo bueno es que con lo que tardó el ron de los 4 que trajo ya era añejo. La música era pachanguera total y solo David, que se las sabia todas, pareció disfrutarla porque le recordaba a su adorado Zoobar de Leicester Sq. Tras el fiasco asumimos la derrota nocturna y nos retiramos a nuestros aposentos. Al parecer el antro escalofriante que había en las escaleras del edificio de nuestro apartamento era curioso y bastante más entretenido, pero yo me lo perdí y no puedo opinar. Si alguien se atreve a buscarlo se llama Barfly y la dirección es 50A Alabin Str, primer piso.
VISITANDO SOFIA
El centro de Sofía es pequeño, siendo cómodo y fácil moverse andando. Para visitarlo hicimos el paseo guiado gratuito (Free Sofía Tour) y la verdad es que fue un acierto total. Fuimos a las 11 al lugar indicado en su web (frente al Palacio de Justicia) y me sorprendió la cantidad de gente que había, alrededor de 100 personas. Nos explicaron que a esa misma hora también ofrecían un tour cultural/gastronómico de pago (20 levas) y se apuntó alguna gente, mientras que a los que quedábamos nos dividieron en dos grupos. Nuestro guía se llamaba Slavyan y acabó hasta el gorro de nosotros porque por hacer la coña le fuimos preguntando uno por uno si conocía al gran Georgi Glouchkov (del que no había oído hablar en su vida).
El paseo duró algo más de dos horas en los que vimos los sitios de más interés turístico de la ciudad (iglesias como las de San Nedelya, San Petka , Santa Sofía y San Jorge, la estatua de Santa Sofía, la sinagoga mayor y alguna mezquita, los baños públicos, los edificios principales de la era comunista… ) y terminamos en la catedral de Alexander Nevski. Las explicaciones fueron dinámicas y divertidas, evitando el simple listado de datos y hechos, y también participativas (con Juanjo haciendo de noble alemán y yo de comunista búlgaro en un momento dado). Como su nombre indica el tour es gratis, y al acabar les dejas propina si te apetece (nosotros dejamos 4€ por persona). Me pareció muy muy recomendable y una manera estupenda de tomar contacto con la ciudad. Por la tarde queríamos hacer el tour de pago en el que te explican la época comunista de la ciudad (10 levas, empezaba a las 4 de la tarde) pero nos enredamos durante la comida y no nos dio tiempo.
En el tour solo te enseñan los edificios desde fuera, así que una vez terminado aprovechamos para entrar en la catedral Alexander Nevski. Es el edificio más imponente y atractivo de la ciudad y merece la pena verlo por dentro. Entrar es gratis, pero para acceder a la cripta (donde hay una colección de iconos y demás arte sacro) hay que pagar. Junto a la catedral hay una explanada donde montan un mercadillo bastante decente en el que venden desde suvenires típicos a parafernalia de la era comunista, pasando por monedas bastante interesantes.
También entramos a ver el Museo Arqueológico Nacional (entrada 10 levas). Está ubicado en la que era la más grande de las mezquitas de la época otomana, un edificio sobrio y elegante con varias cúpulas. Aparte de las habituales salas de la prehistoria y edad del bronce, en el hall principal hay una estupenda colección de esculturas y objetos de las eras griegas, romanas y cuando Bulgaria era Tracia. Muy recomendable porque se estaba muy tranquilo y era muy espacioso, perfecto para las horas de más calor. Un poco más alejado del centro y en una amplia plaza está el Monumento al Ejército Soviético, construido en 1954 y que cumple con todos los tópicos de este estilo de memoriales, proletariado exaltado incluido.
Sofía es pequeña y se puede ver razonablemente bien en un día intenso. Con un día y medio o dos días enteros da para entrar en la mayoría de las iglesias y algún museo. El ya mencionado bulevar Vitosha es la principal arteria comercial de la ciudad, una calle peatonal llena de tiendas, restaurantes, cafés y sitios para salir por la noche. Suele haber un ambiente estupendo y es una zona perfecta para alojarse y tenerlo todo a mano. Lo principal que nos dejamos sin ver fue la iglesia de Boyana, situada a las afueras de la ciudad y visto en perspectiva fue un gran error, porque nos hubiese dado tiempo de sobra el día de Rila y pasamos por delante con el coche…(según mis 6 acompañantes culpa mía del todo, porque dado que era yo el que conducía, si hubiese pegado un volantazo al pasar por delante y me hubiese parado para visitarla les hubiese dado exactamente igual, tan igual como no visitarla).
EL MONASTERIO DE RILA
El monasterio de Rila está en las montañas del mismo nombre, a unos 130Km al sur de Sofía. Fue incluido en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1983 y es el monasterio (y posiblemente el edificio) más famoso de toda Bulgaria. La tradición cuenta que fue fundado por San Iván de Rila, un monje ermitaño que vivía en una cueva cercana sin ninguna posesión material. Desde su misma creación adquirió una gran relevancia, convirtiéndose con el paso de los siglos en el centro espiritual y cultural del nacionalismo búlgaro. Destruido numerosas veces, la actual reconstrucción data de la mitad del siglo XIX.
Tras el fiasco de que no nos diesen el coche alquilado en la estación de tren y tener que ir al aeropuerto a buscarlo, salimos de Sofía sobre las 12. Una vez sales de la ciudad la mayor parte del viaje transcurre por una autopista en muy buen estado. Como además apenas había tráfico, el camino se hizo bastante sencillo. La autopista debía de ser bastante nueva porque el mapa del GPS que trajo Vale desde casa se perdía constantemente (estaba sin actualizar desde 2008) y tuvimos que usar los teléfonos para asegurarnos de que íbamos bien. La ruta es básicamente toda recta, pero las indicaciones hacia Rila solo aparecen cuando ya estás cerca del desvío y eso nos hizo dudar un poco. Una vez tomas la salida y te metes en la montaña está mucho mejor indicado.
Siguiendo de nuevo el consejo (acertado) de Mapani, en lugar de comer en el restaurante junto al monasterio (más caro y mucha más gente), decidimos pararnos en uno de los muchos merenderos que hay por el camino. Hicimos la entrada en boxes en un pueblo llamado Kocherinovo, en un grill junto a la carretera del que me fue imposible encontrar el nombre (si alguien está interesado que se ponga en contacto y le mando una foto, es muy fácil reconocerlo desde la carretera porque está pegado). Comimos mucho y muy bien por 114 levas los 7 (58 euros) y a la camarera (que era un encanto) le debimos caer simpáticos porque en el recibo de la cuenta nos dejó una dedicatoria: “the friendlier boys”. El resto del camino hasta el monasterio estaba salpicado de merenderos con muy buena pinta. El coche lo dejamos en el parking del monasterio (4 levas por tiempo indefinido), aunque también era posible aparcarlo en los márgenes de la carretera en el tramo justo antes de llegar. La entrada es gratis (algo que me sorprendió bastante) y se puede visitar de 6am a 10pm.
Al monasterio se accede a través de una puerta coronada por un pórtico pintado de colores vivos. El patio interior es precioso y sin duda lo mejor de la visita. Es amplio y rodeado de una galería porticada, y en el centro tiene la exquisita iglesia de la Natividad, con sus 5 cúpulas, un elegante frontal de mármol bicolor y llamativos frescos en el exterior. Se puede entrar y también es gratis. Junto a la iglesia está la la torre Hrelja, la construcción más antigua de todo el recinto y que tiene aspecto de macizo castillo medieval. Dentro del monasterio se puede visitar en el museo religioso (abierto de 8am a 5pm, hay que pagar) y las habitaciones de la guardia que tienen trajes, armas y otros objetos antiguos (también de 8am a 5pm y también hay que pagar).
Saliendo por la puerta este (la opuesta a la que se entra desde el parking) hay un camino a mano derecha, paralelo al rio, que lleva al cementerio (el cartel, algo escondido, pone “osario”). El paseo, aunque corto, es muy bonito, ya que se puede apreciar mejor el entorno de bosque profundo donde está el monasterio y el tramo del rio es realmente bonito. El cementerio es pequeño y muy tranquilo, ya que apenas llegan unos pocos de los muchos visitantes que están en el monasterio. Allí nos hicimos la prometida foto de los Dalton.
El monasterio es muy bonito (estéticamente lo mejor de todo el viaje sin duda) y creo que es visita obligada desde Sofía ya sea en coche alquilado o en transporte público. La única pega que se le puede poner es que, al no ser posible entrar en las dependencias y habitaciones, la visita se hace bastante corta. Tomándonoslo con bastante tranquilidad e incluyendo la visita al mencionado cementerio estuvimos algo menos de una hora y media, pero si se va con algo de prisa, en 45 minutos se ve todo bien.
LAS PIRAMIDES DE STOB
En el camino de vuelta y como la visita al monasterio de Rila había sido bastante más rápida de lo previsto, decidimos pararnos a ver las pirámides de Stob. Están en la misma carretera que lleva de la autopista al monasterio, a unos 17Km de éste (20 minutos) y con el desvío bien indicado. En el aparcamiento donde se deja el coche hay una caseta para pagar la entrada (2 levas) y una tienda para comprar bebidas y snacks.
Las pirámides de Stob son unas formaciones rocosas, mayoritariamente en forma de champiñón o cono, que alcanzan hasta 12 metros de altura. Están en la ladera de una montaña y se tarda una media hora en llegar. El camino es siempre hacia arriba y difícil a ratos, especialmente en la parte final, donde se vuelve bastante estrecho. Las vistas son estupendas. Cuando fuimos nosotros el sol pegaba bien fuerte y no había apenas sitios con sombra. Conviene llevar una botella de agua y calzado cómodo y, si se va con niños, algo para cubrirles la cabeza.
OTRAS OPINIONES DEL VIAJE
Le he pedido a algunos de los Dalton que me diesen su opinión de Sofía como destino y del viaje en sí, aquí las tenéis, sin filtros:
Juanjo:
«Sofía a primera vista, refleja la realidad económica búlgara, y salvo contados edificios del centro histórico, aparece como una ciudad sucia, edificios antiguos y descuidados, baldosas levantadas y donde en muchas calles el alumbrado brilla por su ausencia. Pero lo mismo ahí esta su encanto. Es donde la presencia post-comunista es más clara, y parece a veces como un viaje a 20-30 años atrás, aunque la huella de la globalización es patente con múltiples cadenas de comida rápida. Lo mejor, el metro, las iglesias ortodoxas y la catedral de Alexander Nevski. Gastronómicamente, nada especial, con un servicio al cliente bastante deficiente.»
Marc:
«El viaje empezó con un plácido vuelo desde Ginebra. No sabía que esperar de Bulgaria, uno de los países más pobres de la UE, pero las primeras impresiones fueron muy positivas: tanto el aeropuerto como el metro de Sofía lucen muy bien, y cuando me hizo falta ayuda no hubo problema para encontrar gente con un nivel mínimo de inglés. Andar por las calles de Sofía en el centro fue la confirmación de que la globalización ha llegado a todas partes: encuentras las tiendas que están en todas las grandes urbes europeas. Por suerte, los precios son bastante asequibles en comparación a Londres o Ginebra. Por la noche nos encontramos todos los viajeros y aprovechamos para tomar unas cervezas/cocteles hasta las dos de la madrugada. Se agradece un fin de semana de vez en cuando sin mujeres o críos.
El segundo día empezó con un paseo para encontrar desayuno. El buen tiempo nos acompañaba, y la visita guiada por el centro de Sofía (gratis más allá de la propina) fue fantástica. El guía supo presentarnos partes de la historia de Bulgaria junto a algunos de los monumentos más interesantes de manera amena y sin calentarnos mucho la cabeza. Queda el recuerdo de los grandes edificios comunistas, algo que me recuerda a lo visto en algunas partes de Moscú. Eso sí, me quede con las ganas de visitar más reliquias de la era comunista. Luego fuimos a comer a un restaurante bastante conocido cerca del centro. La comida fue fantástica, nos trajeron platos típicos de la zona en cantidades industriales. Huelga decir que 7 tíos, todos jugadores de baloncesto, no conseguimos acabar con todo. La tarde/noche nos la tomamos de relax de nuevo, así que pateamos el centro en busca de sitios para comer y otros para ligar (sin éxito claro).
El ultimo día completo lo aprovechamos para ir un monasterio protegido por la UNESCO. Conseguir el coche alquilado fue toda una odisea. Paramos a comer en un pueblecito conocido como Kocherinovo (o algo así). Algunos describieron el pueblo como inframundo pero lo cierto es que era un sitio típico de campo. El monasterio en si era bastante bonito, si bien debo reconocer que este tipo de visitas no son santo de mi devoción. Aun asi, el estar rodeado de amigos obviamente hace que la experiencia mejore un montón. La ultima cena, ya de vuelta en Sofía, fue de nuevo una odisea, con camareros/as que no parecían (¿querían?) entender del todo lo que pedíamos.
En resumen, Sofía es una buena ciudad para visitar. Hay cosas más que suficientes para hacer a los alrededores para un fin de semana largo, y se agradece ir de restaurantes y cervezas sin que te claven por todos lados. Aparte, claro, de la experiencia en sí de viajar con amigos.»
David:
«Sofía no es en principio la mejor opción en Europa para pasar un fin de semana, hay muchas más ciudades en el continente que la superan en belleza y opciones de ocio, pero para un grupo de viajantes como el nuestro buscando una ciudad no visitada ha sido una opción aceptable. El apartamento para los siete era más que bueno y céntrico, con ducha, toilet y lavabo todo en uno. Aunque la entrada era un poco escalofriante, con pintadas, homeless y un bareto en la primera planta, que acabaría siendo un gran descubrimiento de última hora.
La ciudad es vieja y descuidada, con los antiguos tranvías blancos y amarillos como máximo exponente de ello. En el centro de la ciudad se puede ver el carácter ortodoxo y el pasado comunista; en las iglesias, estatuas o dentro del metro. Contrasta con el boulevard principal de la ciudad, cuidado y con las típicas tiendas y bares que te puedes encontrar en cualquier otra ciudad europea.
El free-tour por la ciudad es obligado, nuestro guía fue excelente; simpático y agradable nos explicó la historia de la ciudad y el país con sencillez y orgullo. Se podía ampliar con el tour comunista que no llegamos a hacer.
El segundo de los días alquilamos un coche para irnos de excursión al Monasterio de Rila, merece la pena. El lugar donde se encuentra y el propio monasterio son muy diferentes a lo que uno está acostumbrado, pero la visita se hace corta ya que solo se puede ver el patio y la iglesia principal. En el camino de vuelta paramos a ver las pirámides de Stob, que resultó ser una colina con forma piramidal, con paseo hasta la cumbre que personalmente pienso que nos podíamos haber ahorrado (yo no quería estar allí), la otra opción era parar a ver Boyana, que quizás hubiera sido más interesante.
A destacar finalmente el servicio, el mal servicio, que recibimos en la mayoría de los bares y restaurantes en los que estuvimos, el camarero de la discoteca todavía está intentando ponernos los 5 ron-colas que les pedimos, y yo sigo esperando que me sirvan el mackerel (caballa) en el restaurante. La excepción fue la simpática camarera del restaurante de Kocherinovo, pueblo perdido y diminuto donde paramos a comer el domingo, con una amplia sonrisa en todo momento y que bautizó nuestro grupo como los “friendly boys”, totalmente acertado viendo las risas y el gran ambiente que tuvimos en todo momento.»
Gracias a Mapani por su ayuda y consejos.
Infragracias a David, Jose, Juanjo y Marc por las colaboraciones y por prestarme fotos para el post.
Gracias por tan buenos datos. Estoy interesado en visitar Bulgaria pronto. Excelentes fotos también. Saludos!
Muchas gracias Roberto. Espero que te sea util, si tienes cualquier pregunta dejala aqui en los comentarios o me contactas directamente. Un saludo
Sin duda☺. Veo que tienes mucha información así que te preguntaré. Saludos!
Genial el artículo, con muchísimos datos prácticos que serán de mucha utilidad para los futuros viajeros.
Muchas gracias por la mención. La verdad es que me sentía un poco responsable de la decisión de ir al Monasterio de Rila en un día, ufff menos mal que os ha gustado, bueno a unos más que a otros por lo que leo je je je
Menos mal que nosotros viajamos en familia y no se nos ocurrió pedir ningún combinado exótico, o no exótico, porque por lo que veo allí la época del botellón se la saltaron y no saben servir copas 😉
Cómo siempre un placer leer tus relatos.
Muchas gracias por tu ayuda preparando el viaje. Si no ir a Boyana fue un error, no haber ido a Rila por quedarnos otro dia entero en Sofia hubiese sido una catastrofe. El monasterio y el dia en el campo nos gusto mucho a todos, aunque si nos quedamos con la sensacion de que la visita es corta porque apenas se puede visitar por dentro. Aun asi 100% recomendable.
Si, el barman no habia visto Cocktail, la peli de Tom Cruise 😀
Un abrazo!
Muchas gracias por la información , en 5 días nos vamos a Sofia , tomo buena nota de todo
Hola Juan, me alegro de que te haya sido util. Animate a pasar por aqui a la vuelta del viaje y nos comentas tus impresiones y algun sitio que te haya gustado mucho. Un saludo