Lituania: el Istmo de Curlandia

El Istmo de Curlandia es uno de esos sitios que simplemente por el nombre tan llamativo que tienen te entran ganas de ir. Suena a remoto, frontera, distante, el confín de algún territorio perdido. Figuraciones aparte, el Curonian Spit (en inglés) o Kuršių nerija (en lituano) es una estrecha franja de arena cubierta de dunas y pinos de casi 100 kilómetros de largo en el Mar Báltico. Administrativamente la mitad norte pertenece a Lituania y la parte sur a la región rusa de Kaliningrado. Tiene una anchura que va desde los 500 metros a los 4 kilómetros y aísla del Báltico la llamada Laguna de Curlandia.

Para ser sincero apenas sabía nada de tan, a priori, misterioso lugar hasta que empecé a preparar el viaje a Lituania en el verano de 2011. Descubrí entonces que era un Parque Nacional y que la UNESCO lo había incluido en sus lugares Patrimonio de la Humanidad en el 2000 por  “ser  un excepcional paisaje de dunas constantemente amenazado por fuerzas naturales (viento y mareas)”. También que es un popular destino veraniego para lituanos, alemanes y rusos. Lo marcamos como “obligatorio” en el plan de viaje.

La ciudad lituana desde la que se pasa al Istmo es Klaipeda, a la que llegamos bastante tarde. Para nuestra sorpresa estaba totalmente muerta y no encontrábamos los hoteles de la guía por ningún lado. Por suerte una encantadora chica lituana vino a ayudarnos, nos llevó a su casa y, a base de llamar por teléfono, nos consiguió un buen hotel y hasta regateó el precio.

A la mañana siguiente subimos el coche al ferry y en menos de 10 minutos ya habíamos llegado a Smiltyne, el pueblo más al norte de la península. El centro neurálgico del turismo en Curlandia es Nida, al sur del todo en la parte Lituana y junto a la frontera con Kaliningrado. La única carretera del Istmo era sorprendentemente buena y condujimos los 50 kilómetros que hay hasta Nida con tranquilidad y disfrutando del paisaje: dunas, bosques y el mar. A unos 10km de Smiltyne hay un puesto de control donde se paga la entrada al Parque Nacional.

Nida se llena de turistas en verano. En la oficina de turismo te encuentran alojamiento en hoteles o apartamentos privados. Primero probamos con una de las personas que pululaban junto a la oficina ofreciendo habitaciones, pero la cabaña no nos convenció, así que le dijimos que no a pesar de las rebajas que nos iba ofreciendo a cada negativa. Al final encontramos un hotel muy agradable no lejos del mar y decidimos quedarnos. Tiramos las mochilas encima de las camas y salimos corriendo para la playa…que da al Báltico, en la laguna no te puedes bañar por la contaminación.

Playa de Nida

Playa de Nida

Apenas llevábamos un par de horas y ya teníamos claro por qué el Istmo de Curlandia está tan solicitado como destino turístico: la playa de arena fina que discurre ininterrumpida durante 98 kilómetros es magnífica. La separa de la carretera una línea de dunas bajas que me recordaban mucho a la costa de “mi” Huelva. Además, contrariamente a lo que pueda parecer, la temperatura del agua era estupenda, al menos en verano. Al ser la playa tan extensa y ancha se estaba de maravilla aun siendo temporada alta. Me llamaron la atención los curiosos cambiadores cilíndricos plantados en medio de la arena y que solo cubrían hasta la cintura. También me resulto curioso que había partes de la playa reservadas a mujeres o a hombres, con lo que tuvimos que buscar una zona mixta.

Cambiadores

La parte que más me gustó del Istmo fue la zona de dunas gigantes que cubre la parte Este a lo largo de toda su longitud. Hay zonas protegidas a las que no se puede acceder, en otras partes si es posible pero sin salirte de los límites marcados. Entre Pervalka y Preila hay un aparcamiento desde el que sale un camino de tablones que lleva hasta la cima de una de las dunas más altas. Tras unos 20 minutos andando se llega a un mirador natural con vistas espectaculares de la Laguna de Curlandia y del resto del Parque Nacional. Se estaba de maravilla y nos quedamos varias horas disfrutando del paisaje y la tranquilidad hasta la puesta de sol. La duna más alta de todas llega hasta los 68 metros y se llama Vecekrugas. La duna más visitada (Parnidis 52m) está justo al sur de Nida y se llega tras subir 180 escalones de madera. En la cima hay un monolito con runas y el antiguo calendario lituano.

Levitando

Atardecer

Dunas 2

Al día siguiente alquilamos una bicicleta. En mi opinión lo mejor es hacerlo en Juodkrante, el pueblo más céntrico de todos, ya que en cuanto pedaleas un poco hacia el norte o el sur te encuentras con kilómetros de playa virgen y prácticamente desierta. El carril bici atraviesa los densos bosques de pinos con desvíos constantes a la playa. A la vuelta paramos en el paseo de Juodkrante y nos sentamos en un chiringuito con forma de carpa a comer la especialidad de la zona: pescado ahumado (lo hacen siguiendo una receta centenaria) y la estupenda cerveza lituana Svyturys.

Pescado ahumado y cerveza

Los pueblos de la parte lituana del Istmo de Curlandia son, de norte a sur, Smiltyne, Juodkrante, Pervalka, Preila y Nida, siendo el primero y el último los más grandes. Las construcciones típicas son casas de madera pintadas de colores vivos y  con tejados de tejas rojas. Una de las curiosidades es que la zona es conocida por sus llamativas y trabajadas veletas. Cual Royal Ascott pero con veletas en lugar de sombreros, las casas parecen competir por tener la más original. Cada uno de los pueblos tiene un tramo de paseo lacustre bien cuidado y con carril bici y estaban muy animados con gente paseando o tomando algo en los restaurantes y bares. Debe ser toda una experiencia visitarlo en invierno, con todo cubierto de nieve, los pueblos prácticamente vacíos y el viento del norte azotando sin descanso. Otra vez será.

Veleta

Paseo

Algunos datos prácticos:

– La web de la compañía de ferry con precios y horarios es http://www.keltas.lt/eng/

– El hotel en el que nos quedamos en Nida se llama Smilte

– El chiringuito donde comimos el pescado ahumado en Juodkrante se llama Zuvele

– Cenamos en un restaurante de Juodkrante llamado Juodasis Kalnas y nos dimos un fiestón de pescado. Muy recomendable

– Os dejo 3 webs en inglés con muchísima información para organizar el viaje:

http://www.visitneringa.com/en

http://www.curonianspit.net/

http://www.nerija.lt/en

Todos los posts sobre Lituania

Gracias a las sveikis Sonia y Raquel por algunas de las fotos

Un comentario en “Lituania: el Istmo de Curlandia

Deja un comentario