Alojamiento
Nos quedamos en el Hotel Veliki, muy céntrico. La habitación era tipo apartamento, con el dormitorio separado de un saloncito que tenía una pequeña cocina. Decoración moderna y minimalista, habitación amplia, luminosa, muy limpia y muy bien cuidada. Pagamos 62€ por noche con desayuno buffet incluido y aparcamiento gratis (algo nada desdeñable en el centro de Novi Sad). El trato fue estupendo. Muy recomendable.
Comer y beber
En pleno casco viejo, se enorgullece de ser el restaurante más antiguo de Novi Sad, fundado en 1880. Es un caserón enorme con decoración rústica, un agradable patio interior y una bodega con mesas en el sótano. Sirven platos típicos de la región a buen precio (menos de £10 por persona por entrante+plato principal+cerveza). La comida estaba rica y las raciones eran abundantes.
Situado en la planta baja del hotel donde nos alojábamos, es un restaurante-pizzería. Cenamos allí dos noches en plan tapas y quedamos contentos, tanto con la comida como con el precio.
Novi Sad tiene muchas heladerías. Los helados estaban muy ricos y los precios eran baratísimos (desde 30 Dinar). A la espalda de la plaza de la República pero fuera de la zona peatonal ponen diariamente un mercado de frutas grande y con variedad. Los precios son mucho más baratos que en los supermercados. Cerca del puente Varadin (Bulevar Mihajla Pupina) hay un centro comercial con el supermercado más grande de la ciudad. Se puede aparcar gratis mientras haces la compra.
Visitando Novi Sad
Novi Sad, a unos 100Km al norte de Belgrado, es la capital de la provincia autónoma de la Vojvodina y la segunda mayor ciudad de Serbia (235.000 habitantes). Es una ciudad agradable, dinámica y de aspecto próspero bañada por el Danubio. El casco viejo es bastante pequeño, compacto y peatonal en su mayor parte. La mayoría de los edificios más destacados de Novi Sad están en él: la plaza Slobode (Libertad), la catedral católica del Nombre de Maria, la catedral ortodoxa de San Jorge, el ayuntamiento y un puñado de edificios neoclásicos muy bien cuidados. La animada calle peatonal central, llamada Zmaj Jovina, está llena de cafés y tiendas. Los dos principales puentes de la ciudad (Varadin y Most Slobode) fueron destruidos durante los bombardeos de la OTAN en 1999 y reconstruidos más tarde.
La fortaleza de Petrovaradin, la construcción más emblemática de la ciudad, está en una colina que domina el Danubio en las afueras de Novi Sad. Cuando el ejército del Imperio Austríaco reconquistó el emplazamiento de manos del Imperio Otomano, decidió construir una enorme fortaleza capaz de resistir largos asedios. La primera piedra se puso en 1692 y fue ampliándose hasta alcanzar su aspecto actual en 1780. Aparte de los impresionantes muros, tiene 16 kilómetros de túneles subterráneos. La torre del reloj es la postal más típica de Novi Sad y tiene la particularidad de que la aguja de las horas es más larga que la de los minutos, algo que no recuerdo haber visto en ningún otro sitio. Se puede visitar por dentro y contiene el Museo de Novi Sad. Si no tienes coche se puede ir andando desde el centro en una media hora o puedes coger un autobús urbano.
Si vas en primavera o verano y hace calor, Novi Sad tiene una estupenda playa bañada por el Danubio llamada Strand. Hay que pagar por entrar (apenas 50 dinar) pero merece la pena: la arena es fina y hay todo tipo de facilidades: casetas para cambiarse, bares y restaurantes, zona con césped muy cuidado…perfecto para una pausa y una maravilla si vas con un niño o bebé. En julio y con calor, la temperatura del agua era ideal y estaba limpia.
El acontecimiento del verano en Novi Sad (y seguramente del año) es el festival de música Exit, muy popular en Serbia y Centroeuropa. Siempre traen grupos importantes y la ciudad se pone hasta arriba, casi doblando su población (200.000 personas asistieron en 2013). Los hoteles y restaurantes se llenan y multiplican los precios. Además no se puede visitar Petrovaradin ya que el Exit se celebra dentro de sus muros. Por tanto, salvo que vayas al festival o tengas especial interés en ver el ambiente durante el mismo, mejor elegir otras fechas para visitar la ciudad. Novi Sad se ve bien en una excursión de un día desde Belgrado, pero si tienes tiempo merece la pena pasar una noche, especialmente en primavera o verano.
Tengo pensado publicar sobre Novi Sad en un futuro y coincido contigo en que es una ciudad agradable y dinámica, tuve la suerte de visitarla en Verano y también acudí a la playa a darme un chapuzon con un amigo serbio que conocí durante mis estudios universitarios, la ciudad en si merece muchísimo la pena, siempre es agradable ver artículos sobre ciudades diferentes y bonitas y sin lugar a duda, Novi Sad lo es.
Saludos,
Jesús
Hola Jesús
Ya me pasaré a leer lo que escribas. Tanto Novi Sad como Serbia en general son destinos poco habituales. El EXIT festival es mucho más conocido en Centroeuropa y lleva mucha gente, pero en España la zona tiene poco tirón comparada con Croacia o Montenegro por ejemplo.
Sin ir más lejos, este post y el del Parque Nacional de Fruska Gora (una zona natural llena de monasterios ortodoxos a las afueras de Novi Sad) son dos de los 3 menos leídos de todos los que he publicado en el blog, pero a mí me apetecía escribir sobre ellos.
Saludos y gracias por dejar un comentario.