Posts marginales: 1.- Postales desde Malé

Intro: aquí tenéis la serie de los posts marginales. Esos posts que no le interesan a ni Dios y que están condenados al ciberostracismo y a la indifrencia de las masas desde el mismo momento en que pulsas el botón de «publicar». Esos posts que tras pulular años por el blog apenas suman 14 visitas, 8 de ellas de tus amigos más leales y 6 de despistados que han metido las palabras equivocadas en una búsqueda de google. Esos posts que por alguna razón llaman a tu puerta y te apetece escribirlos aunque la alarma de «pérdida de tiempo» suene incesantemente en tu cerebro mientras tecleas. Sitios a los que no va (casi) nadie y sobre los que no interesa leer. En fin, con ustedes los posts marginales.

Postales desde Malé

Cuando vas a Maldivas intentas elegir el hotel-isla lo mejor posible porque sabes que ese va a ser tu ecosistema durante el tiempo que estés allí. El resto de las cientos de islas que forman el país podrían estar tan lejos como Venus en lo que a ti respecta aunque las puedas ver a poca distancia desde “tu» playa. Y Malé, la capital de Maldivas, genera total indiferencia. Es el punto obligado de entrada y salida del país y ya está. Una vez aterrizas te quieres ir lo antes posible para llegar a tu hotel y empezar a disfrutar.

Tras buscar opiniones de viajeros sobre Malé para saber si merecía la pena una visita o no (las guías siempre te van a decir que si, faltaría más) apenas encontré referencias. Casi todas empezaban por un «me sobraban un par de horas antes de coger el avión y salí a dar un paseo». La conclusión además era unánime: no merece la pena dejar tu trozo de paraíso para irte a algo que parece lo que ya tienes en casa: una ciudad como otra cualquiera.

Entonces ¿por qué me decidí a pasar medio día allí convenciendo a Izumi y con ello arriesgándome a un divorcio prematuro? Las razones nebulosas que se me ocurre que pensé son: crearme mi propia opinión (en otras palabras, asegurarme de que era un truño), ver lo que los habitantes “reales” de Maldivas hacen con sus días, intentar conseguir monedas locales (true story)…ah! y escribir este post, por supuesto (creo que a Izumi le oculté las dos últimas). Las razones aún más nebulosas por las que dijo que sí no hemos sido capaces de reconstruirlas, sobre todo tras comprobar que habíamos acertado de pleno con nuestro hotel y estábamos en la gloria absoluta (Angsana Ihuru por si lo queréis apuntar para futuras decisiones).

Le dijimos a la manager del hotel que queríamos pasar medio día en Malé y, enarcando una ceja (casi imperceptiblemente pero lo notamos), nos dijo que pillásemos la lancha del hotel que llevaba al aeropuerto a los pobrecitos que se iban ese día y que volveríamos en la misma lancha cuando trajese a los afortunados que acababan de llegar.

Desembarcamos y empezamos el paseo por la avenida que se abre al mar y que además es la calle principal de la ciudad. Fue una suerte encontrarla a la primera y no tener que preguntarle a alguien, porque se llama Boduthakurufaanu Magu. En ella están la plaza Jumhooree Maidan, con una enorme bandera de Maldivas ondeando al viento, la mezquita más importante del país (Grand Friday Mosque), el Parque del Sultán y el Palacio Presidencial, llamado Themuge. Enfrente de éste último nos cruzamos con un grupo de unos 15 turistas en una excursión organizada, los únicos que vimos.

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Una vez vistos los edificios principales fuimos a la lonja y al mercado (en la misma avenida) a ver un poco de actividad autóctona. Dejamos la costanera y nos metimos por las abigarradas callejuelas en las que los edificios modernos y corrientes casi se superponen y donde no hay demasiados espacios abiertos. Veinte minutos de vagabundeo poco inspirador nos convencieron de que no había demasiado más que rascar, así que nos dirigimos a la playa artificial que han construido en la orilla que da el Este para ver qué aspecto tenía y mojarnos los pies. Allí vimos a las dos únicas mujeres que recuerdo, chapoteando con un bañador de cuerpo entero y velo.

La playa artificial de Malé

La playa artificial de Malé

La visita a Malé se había terminado, sólo quedaba tomarse algo en algún bar y conseguir las monedas, lo que no fue un gran problema. El paseo había durado algo más de una hora y media en total (la Lonely Planet dice que le dediques una hora escasa y eso incluye visitas al museo) y la verdad es que teníamos unas ganas locas de volver al hotel porque hacia bastante calor y era muy pegajoso.

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Al llegar al muelle nos dijeron que, por una concatenación de circunstancias, la lancha ya se había ido (mucho antes de lo previsto) pero que había otra en unas 4 ó 5 horas. ¡Vaya cara que se nos quedó! El resto del día allí parecía un castigo excesivo por mi curiosidad y creo que en un ataque repentino de locura hasta pensé en tirar las preciosas monedas al mar. Mi cerebro se recuperó a tiempo y no lo hice. Llamé a la manager del hotel gimoteando mientras pensaba en la maravillosa comida que nos podíamos perder y le imploré que nos sacase de allí como fuese. Con tono en plan “ya os había dicho que no salieseis del hotel” nos ofreció ir en la lancha de los empleados que salía en una hora, lo que aceptamos agradecidos y con incipientes lágrimas. Por las miradas del staff del hotel y el par de preguntas que nos hicieron en la corta travesía, supusimos que era una situación poco habitual ver a dos clientes a bordo. Ese día fue el que más disfruté la comida y no salí del agua durante horas.

¿Es Malé un sitio horrible? Definitivamente no. Es una isla diminuta (se circunvala en una hora a paso de tortuga) atestada de edificios. Simplemente una ciudad como hay miles, justo de lo que estás intentando olvidarte cuando vas a un sitio como Maldivas. ¿Merece la pena ir? Yo creo que no salvo que tengas esas dos horas sueltas en el aeropuerto antes de volver a casa. Las islas y atolones de Maldivas son de una belleza abrumadora y Malé no puede competir…ni lo intenta. Pídele las monedas a alguien del hotel.

Al menos nos sirvió para descubrir que algunos de los problemas de los maldivos/as son diferentes a los nuestros…

Ganar peso

y que mejor no matar las horas en el cine…

Peli Maldivas

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6 comentarios en “Posts marginales: 1.- Postales desde Malé

    • 😀 😀

      ya solo quedan 6 incondicionales (Floren lo ha leido tambien). Aunque solo sea por el chiste publicare el numero de visitas cada 6 meses o asi

      Muchas gracias por leerlo, por el comentario y por la incondicionalidad 🙂

      un saludo

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