Guía: Nápoles en un día (o dos, o tres)

Utilizando la típica frase de los furgoleros cuando fichan por uno de los llamados «equipos grandes», he de decir que siempre había querido ir a Nápoles y alrededores. Me atraía tanto por cuestiones histórico-culturales (Pompeya y Herculano, la residencia de Tiberio en Capri, el Museo Arqueológico, el casco antiguo…) como por la leyenda de tener el alma tan llena de alegría y vitalidad como negra por la corrupción… bueno, y por la comida claro.

Mi historia personal con Nápoles empieza en el Interrail que hice en 1996 en el que estuve recorriendo Italia. A medida que Jaione y yo íbamos comentando con otros viajeros que nos íbamos encontrando por el camino cual iba a ser nuestra ruta, todos nos decían cosas como «cuidado con Nápoles que es muy peligroso» o «muchísimo cuidado en Nápoles», para finalizar con un «casi mejor que paséis de Nápoles, es demasiado peligroso». Todos. Genial. Muy alentador.

Al final entre unos y otros consiguieron meternos el miedo en el cuerpo y decidimos dejar Nápoles para otra ocasión, estableciendo Sorrento como base de operaciones. Por si se nos había ocurrido tomar los avisos a la ligera, la llegada a la estación de Napoli Centrale acabó de decantar la balanza. La atmósfera era tan siniestra como nos la habían pintado y le daban a uno ganas de irse de allí lo antes posible. Para rematar en los pocos minutos que estuvimos vimos como justo en la puerta de entrada un grupo le robaba a tirones la mochila a un japonés. La Circumvesuviana, el tren que va a Sorrento rodeando el Vesubio, se coge en un andén subterráneo que tampoco tenía demasiada buena pinta, así que decidimos pegarnos a un grupo de israelíes que supusimos que habrían hecho el servicio militar y que sabrían cómo defenderse (y defendernos) si pasaba algo y esperamos con bastante impaciencia a que saliese el tren.

A pesar de que Sorrento fue muy agradable y de que Pompeya es una de las mejores visitas que he hecho jamás, el haberme perdido Nápoles por acojonarme fue una derrota personal y una espina clavada que siempre llevaba conmigo. El compartir piso con un napolitano (y luego juntarme con bastantes más) hizo imposible olvidar mi rajada y al final en verano de 2011 saldé mi deuda con Gomorra la piu bella.

Mosaico Alejandro Magno

Vamos a Nápoles…que Alejandro Magno nos ayude

UN PASEO POR NÁPOLES EN UN DIA O DOS

El centro histórico de Nápoles es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y en mi opinión una maravilla. Hay mucho que ver y si se tiene intención de entrar en los infinitos museos e iglesias la cantidad de tiempo que hace falta para una visita a la ciudad se dispara. En el post propongo un paseo (el que yo hice) que se puede hacer en un día o dos viendo muchas de las cosas más imprescindibles.

ZONA DEL PUERTO Y ALREDEDORES

La esplendorosa bahía de Nápoles es la fuente de la enorme energía que desprende la ciudad. Una buena parte de los edificios y construcciones más emblemáticas e impresionantes están a pocos minutos andando de la estación marítima y e; puerto. En esta zona la ciudad tiene grandes espacios que se abren al mar y que la hacen luminosa y aireada, en claro contraste con el centro en el que las calles son estrechas y los edificios se amontonan casi sin espacio entre ellos.

Castel Nuovo

El inconfundible y recio castillo que domina la entrada a la ciudad desde el mar y es una de los iconos visuales de Nápoles. Construido en 1279 por arquitectos franceses bajo las órdenes de Carlos I de Anjou, fue terminado apenas 3 años más tarde. Desde entonces ha sido ampliado y reformado en múltiples ocasiones reflejando los diferentes estilos del momento y las dinastías que lo ocupaban.

Lo más llamativo de su aspecto exterior es el arco triunfal de mármol de estilo renacentista por el que se accede al interior. Su color blanco contrasta con los imponentes torreones oscuros que lo escoltan. Fue construido en 1470 para celebrar la llegada a Nápoles de Alfonso V de Aragón unos 30 años antes. En el patio interior tenían montado un escenario en el que hacen conciertos y otras actividades culturales en verano. Se puede entrar a ver alguna de las salas y el Museo Cívico que ocupa una de las alas.

Castel Nuovo

Castel Nuovo

Piazza del Plebiscito

Amplia y empedrada, es la principal plaza de Nápoles y uno de los sitios que más me gustaron de la ciudad. Toma su nombre de la consulta popular que en octubre de 1863 decidió que Nápoles se uniese al Reino de Italia.

La plaza está flanqueada por algunos de los edificios más señoriales de toda la ciudad: la basílica de San Francisco de Paola (cuya cúpula y frontal recuerdan mucho al Panteón de Agripa y su columnata a la plaza de Bernini), el Palazzo Reale, el Palacio de la Prefectura y el Palacio Salerno. Frente a la basílica hay dos estatuas ecuestres de Carlos III y Fernando I. Entre los edificios desde una de las esquinas se ve el Vesubio y desde otra de ellas el mar.

Al lado de la Plaza está la Galeria Umberto I, una estructura de hierro y vidrio con una enorme cúpula construida a finales del siglo XIX, y el Teatro San Carlo, una de las más antiguas óperas de Europa. Un buen sitio para descansar y tomarse algo de beber es el café de época Grambinus, situado en una de las bocacalles que dan a la plaza haciendo esquina con ella.

Basilica

Basílica de San Francisco de Paola

Galeria Umberto I

Galeria Umberto I

ZONA DEL CENTRO DEL CASCO HISTORICO

Una vez vista la zona del puerto fuimos hacia el Museo Arqueológico Nacional. Desde la Plaza del Plebiscito nos adentramos en el corazón de la ciudad a través de Via Toledo, una de las calles emblemáticas de la ciudad con varios edificios históricos y tiendas de todo tipo. Se tardan unos 25 minutos paseando tranquilamente. A medida que subimos dejamos a la izquierda el Quartieri Spagnoli, históricamente uno de los barrios más peligrosos y deprimidos de Nápoles, de esos sitios que te recomiendan evitar (la estación central de tren es otro). Aparentemente ha mejorado bastante en los últimos años pero decidí no comprobarlo personalmente. Via Toledo acaba en Piazza Dante, presidida por un enorme palazzo del siglo XVIII que tiene una bonita galería en su interior a la que se puede entrar y dos iglesias (Santa Maria di Caravaggio y San Michelle Arcangelo). Desde aquí hasta el museo apenas hay 5 minutos subiendo por via Enrico Pessina.

Piazza Dante

Piazza Dante

Museo Arqueológico Nacional

Uno de los sitios que más ganas tenía de visitar de toda la ciudad, si no el que más, sobre todo desde que estuve en Pompeya y supe que las mejores piezas encontradas las habían traído aquí. El edificio, una joya en sí mismo, fue construido a finales del siglo XVI originalmente como caballerizas y unos años más tarde se usó como sede de la Universidad de Nápoles. Cuando ésta se trasladó a otro sitio en 1777, Fernando IV (hijo de Carlos III) mandó adaptar y ampliar el edificio para que se convirtiese en el Museo Real, hoy llamado Museo Arqueológico Nacional.

En la planta baja están las estatuas grecorromanas clásicas, las más importantes provenientes de las Termas de Caracalla en Roma y que formaban la impresionante Colección Farnesio. Algunas son las típicas que te encuentras en los libros de texto como el Toro Farnesio o el Hercules Farnesio. También hay numerosas estatuas y bustos de los Julio-Claudios y como soy un enamorado del libro “Yo, Claudio” de Robert Graves me sentí como si estuviese visitando a la “familia” (dicho con acento tipo Don Vito Corleone).

En la primera planta están los tesoros de Pompeya y Herculano. Mis favoritos son los mosaicos que solían adornar las casas de las familias pudientes. No son demasiado grandes pero me parecen exquisitos, como el legendario de Alejandro Magno en Issos o el no menos famoso Cave Canem. También me parecieron preciosos los bien conservados frescos, tanto los retratos como los que muestran escenas cotidianas.

Y no os perdáis el Gabinetto Segreto, la llamativa colección de piezas y pinturas eróticas y que a lo largo de la Historia ha sufrido todo tipo de censura, teniendo acceso restringido o directamente prohibido numerosas veces. Los menores de 14 años tienen que ir acompañados por adultos.

Mosaico en el Museo Arquelogico Nacional

Mosaico en el Museo Arquelogico Nacional

Una de las habitaciones del Gabinetto Segreto

Una de las habitaciones del Gabinetto Segreto

Spaccanapoli

El corazón del centro histórico es la imagen del Nápoles que nos suele venir a la cabeza: abigarrada, desordenada, sucia en algunas zonas y encantadoramente decadente: el alma misma de la ciudad. Una vez visto el museo fuimos a la cercana Piazza del Gesù Nuovo uno de los rincones más bonitos de la ciudad. Lo más llamativo de la plaza es la sorprendente fachada de la iglesia del mismo nombre, con sus piedras en forma de diamante incrustadas en sus muros. Justo enfrente en la misma plaza hay otra iglesia preciosa: Santa Chiara, con el campanile haciendo esquina y un claustro que merece la pena visitar.

Piazza Gesu Nuovo

Fachada iglesia del Gesu Nuovo

De la plaza parte la larga calle conocida como Spaccanapoli aunque en realidad según el tramo tiene hasta 7 nombres diferentes. Es la cara bulliciosa y vital de Nápoles con multitud de gente abarrotando las innumerables pizzerías y bares. Intentad que os coincida la visita a esta parte con la hora de la comida para sentiros parte de la vida cotidiana de la ciudad. A lo largo de toda su longitud la calle está flanqueada por numerosas iglesias y palazzos magníficos (son muchos y vienen detallados en todas la guías, asi que no hace falta mencionarlos todos) y merece la pena recorrerla con parsimonia y levantar la cabeza constantemente. Si tienes que elegir uno de ellos para entrar hazlo en la Capella Sansevero. Bastantes de estos edificios tienen síntomas claros de abandono y deterioro, aunque sin ese aire decadente no sería Nápoles y le da más encanto del que le quita.

Por ultimo comentar que no tuvimos ningún problema de seguridad ni me pareció que fuese peligroso. Evita llevar joyas llamativas o relojes caros, cámaras de fotos o video que llamen mucho la atención y pregunta antes de meterte en zonas que no conoces. Con un poco de sentido común seguro que podéis disfrutar de la ciudad sin sobresaltos.

Dónde comer: le pedi a un napolitano de pro (grazie Pietro!) que me recomendase la mejor pizzería de Nápoles y me dio la lista de abajo. Al final probamos Sorbillo y como no podía ser de otra manera la pizza estaba estupenda, además de ser muy barata (menos de 6€).

Pizza Di Matteo (Via dei Tribunali 94)
Sorbillo (Via dei Tribunali 32)
Il Pizzaiolo del Presidente (Via Tribunali 120)
Da Michele (Via Cesare Sersale, 1)

Si tienes más tiempo: como he comentado al principio hay mucho más que ver que lo que comento en el post. A mi no me dio tiempo a ver nada más en el día y medio que estuve (aunque pienso volver seguro). Os dejo una recomendación más de mis amigos napolitanos: subir en el funicular a Vomero, callejear, visitar Castel Sant’Elmo y entrar a ver el claustro de San Martino. Tomarse algo en algún sitio con vistas a la bahía.

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15 comentarios en “Guía: Nápoles en un día (o dos, o tres)

  1. Es cierto que Nápoles, en un primer vistazo, impresiona… Y no para bien, precisamente, a pesar de las ganas que se puedan tener de conocerla «face to face». Pero, superada esa reticencia inicial… ¡Es imposible no enamorarse, incluso de sus contradicciones! Sólo por pasearla, merece la pena visitarla… A nosotros nos gustaron mucho las visitas a las Catacumbas de San Genaro y al Túnel Borbónico donde se concentra tanta cara B, que uno termina pensando que Nápoles es como un queso gruyére 🙂

  2. Muchas gracias por dejar un mensaje, se me había pasado contestar 🙂 y no puedo estar más de acuerdo. Al principio echa un poco para atrás entre el aspecto exterior y la fama. Recomendación anotada para la próxima vez. ¡Saludos!

  3. Coincido contigo en que Pompeya es uno de los sitios que más me ha impresionado y desde luego, pasé de largo con la autocaravana por Nápoles por miedo a los amigos de lo ajeno. Si alguna vez vuelvo por el sur de Italia, no me perderé ni Nápoles ni la costa Amalfitana. Tengo que quitarme también la espina.
    Un saludo viajero!.

    • Pues a ver si hay suerte y vuelves pronto Pilar. Yo he estado dos veces ya y la verdad es que pienso volver. La verdad es que Nápoles te agradece el que superes el miedo y vayas a verla. Un sitio complicado pero a la vez precioso y lleno de encanto. Un saludo!

  4. Acabo de volver de napoles, y si que es cierto que la estación central, no ayuda a quitarle la fama a la ciudad, pero creo que tampoco se tiene que exagerar. Es una ciudad con mucho encanto

    • Hola.

      Piensa que mis impresiones de la estacion son de 1996, y de eso hace ya mucho. He vuelto a Napoles 2 veces mas (2010 y 2011) pero no he vuelto a pasar por la estacion de tren. Aun asi, mis amigos napolitanos me dicen que hay que seguir teniendo cuidado, sobre todo si se va solo y por la noche.

      Y estoy de acuerdo contigo, Napoles tiene muchisimo encanto. En realidad, mi intencion con el post es justo eso, decir que hay que perderle el miedo por su mala fama e ir a verla, que es una maravilla.

      Saludos

    • Hola Daniela. Las dos veces que he ido a Napoles me he quedado en casa de unos amigos, asi que no te puedo decir por experiencia propia cual es la mejor zona. Te aconsejo evitar la estacion de tren ya que es una de las partes mas peligrosas de la ciudad. Un saludo

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