Eslovenia ha sido fue una de las sorpresas más agradables que he tenido viajando. En primavera de 2005 pasé unos días recorriendo en un coche alquilado la parte occidental del país. Sin saber muy bien que esperarme (aunque me habían hablado muy bien), me acabó pareciendo una pequeña joya con muchos sitios estupendos que ver. Su reducido tamaño (20.000 Km2) hace que sea fácil visitarla, pudiendo cruzar un puerto alpino al mediodía y bañarte en al Adriático apenas un par de horas después.
Eslovenia, considerada la más “europea” y desarrollada de las antiguas repúblicas yugoslavas, se independizó la primera de la Federación en junio de 1991 tras una guerra que duró 10 días y que fue mucho menos cruenta que las que vinieron después durante la desintegración del resto de Yugoslavia. En 2004 ingresó en la Unión Europea.
Os dejo las 5 paradas del viaje que más me gustaron en orden cronológico según las hice. Una ruta circular empezando y terminando en la capital:
1.- LJUBJANA: pequeña, coqueta y con más aire a pueblo encantador que a capital industrial. Su nombre en esloveno significa “la amada” y la recorre el rio Ljubljanica. El centro histórico es compacto y está muy bien cuidado. En él están la mayoría de los edificios y construcciones destacadas: la plaza Prešernov Trg (dedicada al poeta Prešeren del que hay una estatua), el Puente Triple (que conecta las partes nueva y vieja de la ciudad), la plaza vieja o Stari Trg (corazón del casco antiguo), varias iglesias y sobre todo muchos edificios de varios estilos de finales del XIX y principios del XX magníficamente conservados. Saliendo del centro, merece la pena subir el castillo, tanto por el edificio como por las estupendas vistas de la capital. Se puede subir desde la plaza Gornji por la calle Ulica na Grad.
Las calles y terrazas suelen estar muy animadas (hay más de 60.000 estudiantes) y es parte del encanto de la ciudad. Aunque se puede ver bien en un día intenso, compensa quedarse al menos un par de ellos, pasear con tranquilidad y probar varios restaurantes y tabernas. De los sitios que probamos me gustó especialmente la taberna Pri Škofu, escondida al final de un callejón cerca del rio.
Para dormir recomiendo mucho pasar al menos una noche en Celica, la antigua cárcel de Ljubjana ahora reconvertida en, probablemente, el mejor albergue juvenil de los (muchos) en los que me he quedado por Europa.
Fue una prisión militar durante más de 100 años, hasta 1991. Unos 80 artistas participaron en su reconversión a hotel y cada una de las habitaciones fue decorada de manera única, abriendo al público en 2003. Se duerme en las celdas, en las que hay dos camas elevadas, y conservan hasta las rejas de las puertas y todo. Las zonas comunes eran amplias, muy limpias y con un gran ambiente.
2.- EL LAGO BLED: la joya de la corona del turismo esloveno y el lugar del país que atrae más turistas. Está a unos 55 Km de Ljubjana hacia el noroeste, en las estribaciones de los Alpes Julianos. Uno de los lugares-postal tipo cuento de hadas más perfectos que he visto. El lago tiene una isla con una pequeña iglesia en el centro, un castillo colgando de una pared vertical de más de 100 metros, frondosos bosques rodeándolo y los picos nevados de los mencionados Alpes Julianos de fondo. Un panorama de ensueño y enormemente fotogénico.
La diminuta isla (Blejski Otok), curiosamente la única que hay en todo Eslovenia, se puede visitar. Lo habitual es ir en una Pletna, pequeñas embarcaciones a remo semejantes a góndolas. La excursión dura unos 90 minutos: media hora de trayecto en cada sentido y media hora más que te dejan en la isla. También se puede alquilar un bote y remar tú mismo hasta allí.
La barca te deja en una elegante escalinata que, pasando dos caserones de piedra, lleva hasta la Iglesia de la Asunción. Según cuenta la tradición, si el novio es capaz de llevar en peso a la novia hasta el altar subiendo los 99 escalones, el matrimonio será inevitablemente feliz (no hay estadísticas disponibles por si acaso). Dentro de la iglesia, una gruesa liana te permite hacer sonar la campana de los deseos (wishing bell), que además hará que se te cumpla el que hayas pedido mientras suenan los repiques (tampoco hay estadísticas al respecto).
El castillo (Blejski Grad) se asoma al lago desde un acantilado de 100 metros cortado a cuchillo y se da la impresión de ser una inexpugnable fortaleza medieval. Se puede subir andando o en coche. Pagando entrada puedes recorrer las rampas y torreones, pero lo mejor son las espectaculares vistas de Bled y alrededores desde el patio de armas, en el que te puedes sentar a tomar algo. El primer castillo en este sitio fue construido en el siglo XI, pero el actual es del siglo XVI. Dentro tienen la típica colección de armaduras, armas y objetos medievales.
El perímetro del lago es de unos 6 Km y se tarda hora y poco en recorrerlo usando una senda que va paralela a la orilla. De ella parten algunos caminos para subir a las colinas de los alrededores y hacer rutas. A última hora de la tarde suele haber mucha menos gente y se puede disfrutar del entorno rodeado de paz y tranquilidad. En verano parece ser que hay mucha gente, en primavera se estaba de maravilla, incluso bastante vacio por la noche. La gran mayoría de los turistas eran italianos de la zona de Trieste pasando el día. Bled se puede ver fácilmente en una excursión de un día desde Ljubjana.
Para encontrar alojamiento fuimos a la oficina de turismo (orilla Este del lago) porque habíamos leído que te buscaban sitio para dormir en granjas familiares de los alrededores. Nos quedamos en una llamada Frcej, en Zgorne Gorje, a unos pocos kilómetros del pueblo. Tardamos un poco en encontrarla pero quedamos muy contentos, tanto con el sitio como con el desayuno y el trato. Muy recomendable. Cenamos en uno de los restaurantes que dan al lago.
Para terminar, dos lugares para hacer excursiones cerca de Bled:
– Vintgar Gorge: en esloveno sotenka Vintgar, está a unos 4 Km al noroeste de Bled. Es una estrecha y espectacular garganta rocosa excavada por el rio Radovna. Sus 1.6 Km se pueden recorrer gracias a unas pasarelas de madera que bordean los rápidos y piscinas naturales. Termina en una cascada de 13 metros llamada Šum. Hay que pagar para entrar.
– Lago Bohinj: otro precioso lago alpino, quizás no tan “perfecto” para las postales como Bled pero con el encanto de estar mucho menos explotado. Está situado a 30 kilómetros al suroeste de Bled y es el lago más grande de Eslovenia.
Segunda parte: Piran, Skocjan Caves y el castillo de Predjama
Yo estuve este verano y volví enamorado de Eslovenia en general y de Ljubljana en particular. Pese a que es una ciudad pequeña, su encanto, tranquilidad y oferta cultural creo que le hace merecedora de al menos un par de días de parada. Pri Skofu esta de lujo, no muy lejos en un sótano al lado del puente triple esta “Ribca”. No es que tenga nada espectacular, pero la vistas al río y los pescados hacen que merezca la pena la visita. Aunque es muy turístico el restaurante del castillo no es especialmente caro y ofrece raciones bastante generosas. En plan más informal hay varios restaurantes de comida bosnia, quizás el más famoso es Sarajevo 84 aunque personalmente me gusto más Harambasa o incluso las generosas hamburguesas de caballo de Hot Horse. Más local, Sestica es un poco más caro, pero es espectacular.
Muchas gracias por las multiples recomendaciones Ivan. Se nota que le diste bien a la oferta culinaria de Ljubjana 🙂 Saludos
Precioso el lago Bled, un sitio espectacular. Si le pongo algún pero, es su excesiva masificación, al menos en verano, por lo demás un lugar para enmarcar. ¿Visitasteis la cueva de Postojna?
A finales de Marzo, a pesar de ser Semana Santa, se estaba muy bien, sobre todo por la noche. Me comentaron que, como dices, en verano hay mucha gente. Pero el sitio es tremendo.
Aunque sea un spoiler de la segunda parte, no fuimos a Postonja, habia que elegir y nos decidimos por Skocjan. Viste ambas o solo una? La gente que vio ambas dice que mejor Skocian, que ademas son PdH. A mi me parecieron una pasada.
Un saludo Floren
Solo Postojna, la he visto un par de veces ya. El pasado verano me quedé con ganas de ir a Skocjan, pero pensé que a mis hijos les gustaría mucho Postojna (como así fue) y volvimos. Habrá que retornar a Eslovenia algún día.
A mi no me importaria volver, de la parte oriental (Maribor y la frontera con Croacia o Hungria) no vi nada y seguro que es muy interesante. Y para ver Pontnja, claro 🙂