Guía: Barbuda, un paraíso ignorado

Barbuda es una diminuta isla caribeña (161 km2 , 1600 habitantes) que forma junto con su hermana mayor el país conocido como Antigua y Barbuda. Remota, llena de encanto y muy tranquila, apenas recibe algunas migajas del turismo bastante más masivo que va a Antigua. Y de cara al visitante, sin duda mejor así.

Visitar Barbuda fue quizás lo que más me gustó de la semana que pasé en el país. Hicimos una excursión de un día con una compañía llamada Jenny Tours. La contratamos en el hotel pero se podía hacer directamente en el puerto también. Pagamos US$159 por un tour que incluía transporte i/v desde el hotel hasta Heritage Quay (en St John’s, capital de Antigua), billete en el ferry público a Barbuda, paseo por Barbuda en 4×4 atravesando la isla y visita guiada a las grutas Arawak, visita guiada en lancha al santuario de aves de Laguna Codrington, comida y relax en la playa (langosta, pollo o pescado a elegir más bebidas). El precio era el mismo su lo reservabas directamente con Barbuda Express (compañía del catamarán de transporte público a Barbuda) en su web o directamente en el puerto.

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El catamarán a Barbuda

En un principio intentamos hacer la excursión por nuestra cuenta, pero la verdad es que era bastante complejo y no compensaba, ni por dinero ni por tiempo y eficiencia. Sólo el billete a Barbuda ya costaba US$80, pero el puerto está bastante lejos de Codrington, con lo que hace falta pillar un taxi hasta las cuevas y no siempre hay taxis por allí. Luego el paseo en barco, la comida…decidimos que compensaba hacer la excursión con todo incluido y no nos eqiuvocamos. Por cierto, nos dijeron que nos llevásemos el pasaporte por si acaso, pero no nos lo pidieron al salir o volver a entrar en Antigua.

Durante ambos trayectos en el ferry nos cruzamos con ballenas. El capitán se desvió de la ruta para acercarse un poco y que las pudiésemos ver. El ambiente en el ferry era casi festivo, sorprendente (para bien) en un servicio regular. La travesía dura 1h45 min. Una vez desembarcamos estaba un guía esperando en un 4×4. Sólo éramos 4 (nosotros y otra pareja), así que perfecto. El guía nos dijo que el día anterior el grupo había sido de 25 personas y que íbamos a tener la isla para nosotros solos.

El guía fue un lujo. Atento, encantador y comunicativo, nos contó muchas cosas sobre Barbuda, desde su historia hasta el dia a dia de la gente en un lugar tan pequeño y remoto.  Además respondía a todas las preguntas que le hacíamos con entusiasmo…y quien me conoce se puede imaginar que fueron bastantes. Después de recogernos cruzamos una buena parte de la isla, desde el sureste (donde está el muelle) hasta las cuevas Arawak ( en Two Foot Bay) en el noreste, pasando por la capital Codrington. Se tardan unos 30 minutos de conducción relajada en cruzar Barbuda de norte a sur. Las cuevas estaban bien, sobre todo las vistas desde arriba del acantilado. Las explicaciones del guía sobre cómo se las arreglan en Barbuda para ser autosuficientes, incluidas las hierbas medicinales y demás, fueron realmente interesantes. La visita a las cuevas duró unos 45 min.

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Las cuevas de los Arawak

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Vistas desde los alto de las cuevas de los Arawak

Al acabar nos dejaron en el muelle de Codrington. La capital es un pueblo pequeño, tranquilo y con aire adormilado, con apenas 1600 habitantes, la única población de la isla, ya que todos los barbudianos viven allí. Verdadera onda caribeña pero sin ser turística, un enorme contraste con Antigua.

Nos montamos en el bote con otro guía y nos llevo al santuario de aves de la laguna, donde la atracción principal son las fragatas con sus largos picos y pechos rojinegros. Estábamos solos y fue un paseo precioso, los pájaros se ven desde muy cerca y hay una paz total. Una vez más las explicaciones del guía fueron excelentes. El paseo duró unos 30 minutos.

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La Laguna Codrington

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Un nido de fragatas

Terminamos el día pasando un par de horas en la playa de Low Beach, en la orilla oeste de la isla y frente a la laguna de Codrington. Preciosa, de arena fina y agua muy azul (aunque al estar turbia no era posible hacer snorkel). Estábamos los 4 de la excursión solos en toda la playa, que tiene varios kilómetros. La comida fue en un chiringuito de madera en la misma playa. Pedimos langosta y estaba buenísima, si le sumas una cerveza helada…un momento perfecto. Al acabar nos llevaron al muelle y otro estupendo paseo en catamarán de vuelta. Llegamos al puerto de Antigua a las 15:45 y no se me ocurre un día más bonito, agradable y relajado.

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Low Beach

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Algunas de las cosas curiosas que nos contó el guía:

– los barbudianos residentes en la isla son los dueños de la tierra. Si quieres construir una casa o lo que sea marcas el área con una botella, unas piedras o un cartel para que la gente sepa que está reservado. No hay hipotecas, se construye cuando se tiene el dinero en efectivo, así que es normal ver casas a medio construir o en construcción durante mucho tiempo.

– hay 250 acres de plantación de cocoteros en el sur de la isla. Se solía exportar aceite de coco, pero desde que los precios cayeron se exporta jabón de coco, que se vende muy bien.

– en toda la isla sólo Codrington está habitado. Hay solamente un banco y una gasolinera. No más de 50 coches. El índice de criminalidad es cero («si alguien me roba el coche o algo, ¿dónde va a ir?…además nos conocemos todos»).

– aunque la isla es completamente plana, no ha habido nunca ningún muerto durante huracanes o tormentas tropicales. En Codrington hay refugios donde caben todos los habitantes de la isla.

– en la época colonial, la familia Codrington tenía el derecho por ley de apropiarse cualquier contenido de los naufragios en la isla, así que «ayudaban» a que algún que otro barco embarrancara y poder quedarse con el cargamento. Digamos que eran piratas encubiertos…y legales.

Guía: Antigua, una playa para cada día del año

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Un comentario en “Guía: Barbuda, un paraíso ignorado

  1. Lo de la ley pirata de la familia Codrington es como los piratas ingleses que «ayudaban» a nuestros galeones cargados de oro y plata a embarrancar y poder quedarse con el cargamento…
    Nada nuevo…
    Por cierto, el rollito de Barbuda suena totalmente a mi estilo de excursión perfecta.

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