«Aquel que no ha subido a la Gran Muralla no es un verdadero hombre» – Mao Zedong
El 11 de Agosto de 2007, el día en que según el Presidente Mao me convertí en un verdadero hombre, ha sido uno de los mejores y más memorables momentos de mi vida viajera. Ir a la Gran Muralla era uno de mis sueños de viajero desde siempre. Pero la verdad es que no sabía exactamente que esperarme. Había visto fotos de la zona de la muralla en Badaling con hordas de turistas, así que no tenía claro si habría alguna parte de la muralla más o menos cerca de Beijing que fuese remota y con poca gente. En el albergue ofrecían dos posibilidades para visitarla, la ya mencionada zona de Badaling y la otra era hacer senderismo empezando en Jinsahnling y acabando en Simatai. A pesar de estar bastante más lejos me decidí por este última opción sin dudarlo porque decían que era mucho más remoto y espectacular. Pero la gran jornada comenzó unas horas antes, concretamente la noche anterior…
Unos amigos chinos de Mei habían alquilado una sala de karaoke privada en un club-disco llamado Tango, así que después de cenar nos fuimos para allá. El local estaba junto al Parque del Templo de la Tierra y al llegar vimos en una esquina del parque un montón de pequeñas luces multicolores suspendidas en el aire. Nos acercamos y eran bombillas cogidas con clips a los hilos de un buen grupo de cometas. Las cometas no se veían en la oscuridad ni tampoco el cable y como algunas de las luces parpadeaban el efecto era el de un árbol de navidad gigante e invisible. Los dueños de las cometas las manejaban usando un carrete bastante grande que lo apoyaban en la cintura, como si fuesen pescadores de altura con un pez espada enganchado. Les preguntamos a qué altura tenían volando las cometas y nos contestaron que a 800 metros (!!). Con total incredulidad volvimos a preguntar y nos respondieron con convicción lo mismo, pero pasé de meterme en discusiones aeronáuticas. A lo mejor nos dijeron la cifra en yuanes porque a mi ya 80 metros me parecía demasiado…aunque luego lei que en algunos festivales algunas suben hasta 100-150 metros. Aun así les compré una pequeña y bonita para llevar de regalo, pero sin las luces.
La sala de karaoke tenía un enorme sofá semicircular rojo para 10 ó 12 personas y una pantalla de televisión que cogía media pared. En una mesa había una montaña de fruta fresca cortada y un «árbol» de chupitos. Inmediatamente llegó un empleado con una botella de Jack Daniels y procedió a mezclarlo con Nestea en una jarra llena de hielo. A mí no me gusta el whisky así que cuando me ofrecieron dije que pasaba. Insistieron varias veces en que lo probara por no hacerle el feo al que nos invitaba y … ¡¡me acabé bebiendo mas de 10 vasos!! ¡¡estaba buenísimo!! No lo he vuelto a probar pero supongo que lo acabaré haciendo, a ver si fue la mística oriental del momento o es que de verdad aquello era una delicatessen. Durante la velada el mismo empleado vigilaba constantemente por una pequeña ventanilla en la puerta y cada vez que bajaba apreciablemente el nivel de la bebida o habíamos comido algo de fruta entraba y rellenaba. Tratamiento VIP.
Aun así me cansé bastante rápido de canciones pastelosas chinas y tras perpetrar alguna de los Beatles, por decir que había cantado, me fui a la pista de baile, que me llamaba poderosamente. Esa noche pinchaba de invitado un DJ mexicano, Gabriel Sordo, que ofreció una sesión increíble, de las que no te olvidas. Además, el ambiente del club me gustó: nada de gente con gafas de sol totalmente pasados u ojos saliéndose de las órbitas; todo bastante más sano, divertido y disfrutable que en occidente. La idea era irse pronto a dormir, claro, porque al día siguiente tocaba madrugón y caminata, pero gracias a la ayuda del tío Jack y el buen hacer de Gabriel me tuvieron que sacar de allí a empujones a eso de las 4 de la mañana.
Retomando el relato donde lo empecé, llegó el gran día y yo estaba para pocas historias. Tocaba levantarse a las 6 y media, con apenas dos horas de sueño y la cabeza como un bombo. Éramos 6 en nuestro grupo. Salimos a las 7 hacia Jinshanling, que está a unos 125 Km al noreste de Beijing y el viaje en la furgoneta duró casi 4 horas, incluyendo una parada en un supermercado (el conductor no hablaba casi inglés pero nos dijo «very hot, very drink») y otra para que la poli le pusiera una multa por adelantar por la derecha. Tardamos un buen rato en salir de la ciudad, aun a esa hora había un tráfico considerable. Por donde pasábamos estaba todo lleno de grúas, lo que se acentuó todavía más en las afueras de la ciudad, que no eran nada bonitas: pisos nuevos casi sin habitar mezclados con otros a medio construir y otros cayéndose a pedazos, grandes descampados y pedregales secos bajo el calor de agosto.Y grúas, muchas grúas, que los Juegos Olímpicos estaban a la vuelta de la esquina. Según nos acercábamos a nuestro destino el terreno se hacía mas montañoso y un poco más verde, con arbustos y matorrales en las laderas de las colinas.
La entrada a la muralla en Jinshanling era tan bonita que hizo que se me quitaran el mal cuerpo y el sueño de golpe y me dio un buen presentimiento. Tanto la muralla como las torres cercanas a la rampa por la que se sube estaban bastante reconstruidas y presentaban un aspecto parecido al original que debieron tener cuando se construyó hacia 1570 bajo la dinastía Ming. La zona era bastante aislada, con muy pocas casas alrededor y había pocos vendedores o puestecillos. Tanta tranquilidad me sorprendió agradablemente siendo un sábado de agosto.
Empezamos a caminar hacia Simatai (dirección Este) sobre las 11 de la mañana y hacía bastante calor. La Gran Muralla me dio una descarga de energía positiva desde el mismo momento en que puse el pie encima e hice un giro de 360 grados para ver el paisaje. La muralla se extendía en ambas direcciones hasta donde abarcaba la vista, serpenteando sobre las cumbres de las colinas y montañas cercanas y estaba salpicada de atalayas y torres de vigilancia de diferentes tamaños. Daba sensación de agilidad y ligereza, no de pesados y viejos muros de piedra. Había visto ese tipo de fotos muchísimas veces, pero estar allí era otra cosa totalmente distinta, una sensación pletórica.
A medida que íbamos caminando y alejándonos de la entrada el estado de la muralla iba deteriorándose: agujeros en el suelo, muchas piedras sueltas, trozos de los muros de protección lateral semiderruidos, escalones a los que les faltaban partes y que temblaban al pisarlos, grietas aquí y allá…pero el encanto y la magia aumentaban, dando una sensación mas auténtica y un buen contraste con la parte restaurada, era como si además de recorrer distancia estuviésemos recorriendo hacia atrás en el tiempo.
Caminábamos con tranquilidad, parándonos en las torres para saborear las apabullantes vistas (en el folleto de la entrada decía que el tramo de Jinshanling tiene 67 torres y 2 almenaras) y para descansar y beber. El paisaje era agreste y montañoso, con pequeños picos esparcidos por todas partes y una alfombra verde de pinos y arbustos a pesar de estar en pleno verano. Apenas vimos media docena de personas en todo el trayecto hasta las cercanías de Simatai, teníamos la muralla solo para nosotros. En las torres había gente local (campesinos de la zona nos dijeron después) vendiendo bebidas, algo de comer y ocasionalmente pulseras y otros recuerdos. Los críos que vendían bebidas te seguían unos cientos de metros corriendo despreocupadamente por el borde de la muralla en chanclas mientras te sonreían y hacían el amago de lanzarte la bebida.
Nos avisaron de que el camino era bastante duro y no para cualquiera y la verdad es que llevaban razón. En algunas partes la muralla era tan empinada que había que ayudarse de las manos para subir los castigados escalones, más cerca de escalar que de caminar. En general había que ir con cuidado para no meter el pie en un agujero, esquivar piedras o no resbalarse en escalones que se tambaleaban al bajar partes con fuertes pendientes. Además hacía mucho calor. Uno de mis recuerdos grabados a fuego es que bebí hasta 4 litros de liquido (al acabar tenia 8 botellitas vacías en la mochila) y no necesité ir al baño ni una sola vez, lo sudé todo todo todo, incluido el Jack Daniels.
Tardamos casi tres horas en llegar a la cima previa al puente que da paso al valle donde está Simatai. La imagen era simplemente increíble. Pagamos 5 yuanes por cruzar el puente colgante sobre el rio y a partir de ahí entramos en el famoso tramo de las 17 torres de Simatai, con sus pendientes imposibles. Simatai fue originalmente construida en el siglo VI de nuestra era (550-577) pero reconstruida durante la dinastía Ming. Para muchos especialistas es una de las zonas más espectaculares de toda la Gran Muralla, si no la que más.
La pendiente desde el rio hasta la torre más alta era una locura, siguiendo la cresta de la montaña Yanshan y exigiendo un gran esfuerzo en cada paso. Íbamos subiendo poco a poco y girándonos cada pocos metros para quedarnos una vez más con la boca abierta. Son apenas un par de kilómetros en distancia lineal pero tardamos una hora y media en conseguir llegar. La ultima torre hasta la que se puede llegar es la numero 14 (llamada Torre de los Ojos del Gato), a partir de ahí la muralla se estrechaba mucho (no más de medio metro y hasta 80 grados de pendiente en la zona llamada la Escalera Celestial), estaba muy deteriorada y los acantilados ponían los pelos de punta. Demasiado peligroso. Hay un cartel que impide el paso y un par de guardias que se encargan de que lo cumplas.
La más famosa de las torres de Simatai es la llamada Watching Beijing Tower, a 986 metros de altitud y desde la que se pueden ver las luces de Beijing, que está a 120 Km, en un dia claro. Los ladrillos usados tienen grabados la fecha en la que fueron hechos y el código del ejercito que los hizo.
Este increíble video muestra a un guía profesional (y seguro que con mucha experiencia) cruzando el Puente del Cielo y bajando la Escalera Celestial. Queda claro que no es para todos los públicos.
Cuando alcanzamos la torre numero 14 y tras sentarme un buen rato a paladearlo todo, estaba al límite de mis fuerzas, así que decidimos bajar en el telesilla y de paso disfrutar de la zona a vista de pájaro. Curiosamente el viaje de vuelta se me pasó volando porque me quedé dormido nada más sentarme. Doce kilometros y medio inolvidables y a los que me encantaría volver algun día.
Os dejo unos enlaces con algunas fotos impresionantes:
De Jinshanling
http://www.greatwallforum.com/forum/jinshanling/5-jinshanling-photos.html
De Simatai
http://www.greatwallforum.com/forum/simatai/4-simatai-great-wall-photos.html
El mítico Tango. Ése es el karaoke al que voy yo cada vez que vamos a Beijing. Tres veces he estado ya, una de ellas con mi hermana incluso.
Según la hora a la que vayas, vale más caro o más barato. Nosotros solemos ir temprano por la mañana a eso de las diez y media de la mañana. Podemos cantar durante 4 horas por el precio de 1 hora.
Lo que no has comentado es que hay un buffet libre gratis y bebidas sin alcohol gratis. Puedes comer y beber todo lo que quieras. Llenas las bandejas y los vasos (de plástico duro, no desechable) y te las llevas a tu sala privada.
Cuando falta poco para que se te pase la hora, llega un trabajador y te ofrece si quieres seguir más.
También entran a menudo si ven por la ventanita que te has cepillado la comida o terminado las bebidas y lo limpian todo. No te rellenan en las salas normales, pero al menos siempre lo limpian.
Además las salas tienen un ordenador conectado a internet, por si no te gusta mucho el karaoke, para que te entretengas. Y recuerda que puedes cambiar el idioma del sistema de karaoke a inglés (me costó dos visitas darme cuenta).
Lo recomiendo mucho. Es una experiencia buenísima si tienes algún amigo chino, aunque las canciones que les gustan son todas super pastelosas de amores y tal. A mí me parecen todas iguales. Le pedí a mi mujer que pusiera unas cuantas alegres y cuando empezaban, las canciones eran alegres, pero a los 10 segundos, se metían en el pasteleo melifluo y volvía todo a ser como siempre.
Finalmente contar que me aprendí la canción Hao Han Ge, en chino, para poder cantarla cada vez que vaya a un karaoke con chinos (también voy a karaokes chinos en UK). Eso me convierte en el amo de la fiesta xD
Cuando yo estuve en 2007 no se si tenia buffet gratis a esa hora de la noche, pero si lo habia nadie me dijo nada. Pero lo tendre en cuenta si vuelvo por alli. Suena raro un spanish perdiendose un buffet gratis…
Hay que tener moral para tener ganas de cantar en chino a las 10:30 de la mañana, por cierto 🙂
Buena redacción, me he quedado alucinado con las fotos que has colgado. Posiblemente, la próxima vez que vayas no estarás hasta tan tarde de fiesta. A mi me habría pasado exáctamente lo mismo que a ti. Espero algún día poder disfrutar de la experiencia que tu viviste allí.
Un saludo y gracias por compartir.
Hola Agustin, muchas gracias por dejar un comentario y me alegro de que te haya gustado.
Para serte sincero no soy un buen fotografo y mi camara es una normal y corriente, sin ningun tipo de objetivo, asi que imaginate lo increible que es para que las fotos salgan asi. Espero que puedas ir en un futuro cercano y lo disfrutes mucho.
Y si, nada de acostarse tarde ni de pasarse demasiado, que luego uno se acuerda toda la caminata 🙂
Saludos y gracias a ti
Hola, voy a Chine a final de este mes, recomiendame un hotel en Beijing cerca de la ciudad prohibida, ya sabes bueno, bonito y barato
Gracias
Hola Carmen
Cuando estuve en Beijing me quedé en un hostal en la parte vieja de la ciudad, en la zona de los hutongs (callejones estrechos). Era una antigua casa china con las habitaciones alrededor de un patio central. En el patio nos reuníamos los viajeros a charlar un rato y tomar una cerveza. A mí me gustó muchísimo pero no tenía baño propio, sino que era común. Fue muy barato (sobre 8€ por persona/día pero en 2007). Se llamaba Templeside, te dejo la web:
http://www.templeside.com/index.html
Te paso un par de links a hilos de foros donde otros viajeros recomiendan hoteles por si prefieres otra cosa:
http://www.lonelyplanet.com/thorntree/thread.jspa?threadID=2206651
http://www.lonelyplanet.com/thorntree/thread.jspa?threadID=2081455
Saludos
Que buen relato..
en un par de días estamos partiendo desde Argentina hacia Europa, llegaremos a Beijing desde Rusia, en el transiberiano.
Estaremos en China en Agosto y por supuesto que queremos visitar la Muralla…me convenciste de comenzar por esta seccion : )
Increíbles las fotos!
Ya quiero partir!!!
Saludos!!
Silvia
Hola Silvia
gracias por tu comentario.
El viaje que teneis por delante es increible. El transiberiano! que envidia sana 🙂
Que disfruteis muchisimo con el viaje y a ver si a la vuelta te pasas a contarme que te parecio la Gran Muralla y si hiciste el mismo tramo.
Saludos!
Os dejo un magnifico post sobre la Gran Muralla de la web YuangFan Magazine. Comenta diferentes sitios para verla y da informacion de lo que te puedes esperar en cada uno de ellos
http://www.yuanfangmagazine.com/tendencias/a-punto-de-partir/la-gran-muralla-china/
Hola!
Yo fui a la Muralla China hace 4 meses (Diciembre 2015). Leer tu blog me inspiró a hacer el mismo tramo que tu: de Jinshanling a Simatai. Pero al llegar a Beijing me enteré que la sección de Simatai esta cerrada permanentemente. Entonces, tuve que cambiar de ruta y hacer senderismo de Gubeikou a Jinshanling. De Beijing a Gubeikou fueron aproximadamente 2.5hrs de viaje, incluyendo una parada en una cafetería para comer algo. El tramo entre Jinshanling a Simatai incluye secciones dentro de la montaña para llegar de una torre a otra y lo realicé en 5-6hrs.
Saludos!
Hola Daniel, gracias por tu comentario, gracias por pasarte por aqui.
Gracias tambien por el feedback, creo que sera muy util a mucha gente. Una pena que hayan cerrado la parte que conecta Jinshanling con Simatai. Espero que lo vuelvan a abrir en el futuro. Dentro de un par de meses vuelvo por alli, asi que mirare el itinerario que comentas porque me apetece mucho volver a pasear por la Gran Muralla.
Aqui dejo una web actualizada:
https://www.travelchinaguide.com/package/beijingtour10.htm
Un abrazo