Belice: posiblemente el agua más cristalina del mundo

La primera vez que conocí a alguien que hubiese estado en Belice fue en 1999. Estaba en Puerto Iguazú, la ciudad argentina desde la que se suelen visitar las cataratas, y se había formado una reunión espontanea de viajeros alrededor de unas cervezas en el casi vacío pueblo. Un chico belga había visitado Belice apenas unas semanas antes y, dado que era un sitio al que nunca me había planteado ir y del que apenas sabía nada, la curiosidad me hizo preguntarle miles de cosas.